Consejos

¿Cuál es la mejor tirita para tu herida ?

Las tiritas son la primera línea de defensa contra infecciones y, además, aceleran el proceso de cicatrización manteniendo la herida limpia y protegida. Pero, más allá de ser un sencillo vendaje, vamos a hablar de su origen, de los distintos tipos que van desde las clásicas a las cicatrizantes, de su uso correcto y de todo lo que hay que saber para que las heridas sanen correctamente.

10 julio 2025
tirita

Necesito una tirita... ¿cuál me pongo?

Aunque las tiritas o apósitos adhesivos tienen su origen en varias innovaciones del siglo XIX, fue en 1920 cuando Earle Dickson, empleado de Johnson & Johnson, combinó tiras adhesivas y gasas estériles para ayudar a su esposa a curar sus frecuentes cortes domésticos sin ayuda externa. A partir de ahí, Johnson & Johnson perfeccionó la fabricación y en 1921 lanzó las primeras bandas que había que recortar a mano. En 1924, patentó las tiras precortadas e individualmente envueltas. En la década de 1930 llegaron las versiones impermeables y en la Segunda Guerra Mundial ya se incluyeron los parches adhesivos para heridas en los botiquines de los soldados.

Desde entonces no han parado de surgir nuevas ideas y aplicaciones para estos socorridos apósitos adhesivos. Sin cortarnos, vamos a mostrarte los distintos tipos de tiritas que hay hoy en día en el mercado. 

Distintos tipos de tiritas

Aunque a menudo usamos cualquier tirita que tengamos a mano, lo cierto es que no todas sirven para lo mismo. Cada tipo de apósito está diseñado para adaptarse a características concretas de la herida: tamaño, profundidad, zona del cuerpo, cantidad de exudado o etapa de cicatrización. Elegir el apósito adecuado es clave para asegurar una curación rápida y eficaz. Y si la herida es compleja, lo ideal es contar con la valoración de un profesional sanitario, que es quien indicará la mejor manera de proceder. 

Tiritas clásicas

Las tiritas de tela o plástico con almohadilla central son las más comunes y prácticas para cortes y rasguños leves. Están en todos los botiquines por su eficacia diaria. Vienen en distintos tamaños y formatos e incluso en rollo para cortar a medida.

Tiritas de tela elástica

Están diseñadas para cubrir cortes y rasguños en zonas de alta movilidad (dedos, rodillas, codos o muñecas), adaptándose al movimiento sin despegarse gracias a su tejido flexible que se estira con la piel. Además, son transpirables, lo que permite un uso prolongado sin comprometer la comodidad.

Tiritas impermeables

Pensadas para proteger heridas en situaciones donde el contacto con el agua es inevitable. Fabricadas normalmente en materiales plásticos, crean una barrera resistente a la humedad que evita que el agua, la suciedad y las bacterias entren en contacto con la herida. Gracias a su adhesivo resistente, se mantienen bien fijadas incluso tras el contacto prolongado con líquidos.

Tiritas transparentes

También llamadas apósitos de película, son transparentes e impermeables a agua y bacterias, pero permiten el paso de oxígeno y vapor, favoreciendo la cicatrización. Permiten vigilar la herida sin retirarlos y se adaptan a zonas móviles sin causar irritación. Pueden mantenerse varios días, siendo ideales para incisiones quirúrgicas, quemaduras leves, úlceras y zonas con catéteres.

Tiritas para piel sensible

Especialmente diseñadas para personas con piel delicada, como bebés, personas mayores o pacientes con afecciones dermatológicas. Están fabricadas con materiales hipoalergénicos y sin látex, lo que reduce significativamente el riesgo de irritación, enrojecimiento o reacciones alérgicas. Su adhesivo suave proporciona una fijación segura sin dañar la piel al retirarlas, lo que las hace ideales para cambios frecuentes de apósito o para usarse tras procedimientos médicos o tratamientos dermatológicos.

Tiritas acolchadas

Están diseñadas con una almohadilla suave y gruesa que brinda mayor protección y comodidad en zonas sensibles o de alto roce, como talones, dedos de los pies o manos. Son ideales para cubrir heridas que se encuentran en áreas que suelen estar en contacto con el calzado o superficies duras, ayudando a reducir la presión y el dolor. Gracias a su acolchado extra, amortiguan los impactos y previenen el agravamiento de la lesión por fricción.

Tiritas infantiles decoradas

Las tiritas infantiles decoradas presentan diseños coloridos y personajes que hacen más llevadera la experiencia de curar una herida. Su principal función es motivar a los pequeños a mantenerla puesta, evitando que se la quiten por incomodidad o miedo. Combinan protección con un elemento lúdico, ayudando a reducir la ansiedad y haciendo del cuidado una experiencia más positiva.

Apósitos hidrocoloides (tipo Compeed)

Estes "tiritas" están diseñadas para heridas que supuran (ampollas,  rozaduras, úlceras o quemaduras leves). Al contacto con el exudado, forman un gel que mantiene un entorno húmedo, acelerando la cicatrización sin resecar la piel. Son autoadhesivas y no requieren vendajes adicionales, proporcionando acolchado para aliviar el dolor y evitar el roce. Además, son impermeables a bacterias, protegiendo frente a infecciones.

Apósitos más especializados

Junto a las tiritas clásicas, ya sean de plástico o textil, de un color determinado, transparente o con dibujos... hay otro tipo de apósitos especializados, usados habitualmente en cuidados de enfermería, por profesionales (algunas veces solo son de uso hospitalario). Son apósitos especialmente pensados para tratar úlceras de presión, pie diabético, úlceras de pliegue, quemados, etc. 

Apósitos de alginato

Están indicadas para heridas con abundante exudado, como úlceras o lesiones quirúrgicas profundas. Hechas con fibras de algas pardas, forman un gel que controla la humedad, favorece la cicatrización y previene infecciones. Muy absorbentes y no adherentes, suelen requerir un apósito secundario. No se recomiendan en heridas secas.

Apósitos antimicrobianos

Previenen y tratan infecciones en cortes y raspaduras mediante agentes antisépticos que reducen microorganismos y aceleran la cicatrización. Son fáciles de usar y se pueden conseguir sin receta, aunque se recomienda supervisión médica. Pueden ser adecuadas cuando hay riesgo de infección o inflamación persistente.

Apósitos de espuma

Absorben el exudado y mantienen un ambiente húmedo que favorece la cicatrización. Bloquean bacterias, controlan el olor y vienen en versiones adhesivas y no adhesivas. Comunes en úlceras por presión, quemaduras leves e injertos, permiten cambios menos frecuentes. No aptas para heridas secas o con tejido necrótico.

Apósitos de colágeno

Recomendados para heridas crónicas, úlceras, quemaduras, lesiones por presión, heridas quirúrgicas o de gran extensión. Favorecen la cicatrización al estimular el crecimiento de nuevas células y vasos sanguíneos, eliminando tejido muerto y ayudando a unir los bordes de la herida. Son especialmente útiles en heridas de difícil curación, ya que aceleran el proceso de regeneración y cierre. 

Volver arriba

¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir una tirita?

Centrándonos en las tiritas más normales, los apósitos que cualquiera puede tener en un botiquín casero, lo cierto es que no todas valen para todo. Es fundamental evaluar varios factores que influyen directamente en el proceso de cicatrización y en la comodidad del paciente.

  • Tamaño y forma. La tirita debe cubrir totalmente la herida y un pequeño margen de piel sana para evitar contaminación y promover un ambiente protector.
  • Adaptación a la anatomía. Formas ovaladas, circulares o rectangulares permiten un mejor ajuste según la zona (articulaciones, dedos, talones).
  • Movilidad y confort. En zonas de alta flexión (codos, rodillas), las tiritas más estrechas o con diseño elástico evitan el despegue durante el movimiento.
  • Material: plástico (impermeable, evita entrada de agua y suciedad), tela/fieltro (flexible, transpirable) y silicona (suave, hipoalergénica).
  • Transpirabilidad: importante para permitir la evaporación del exceso de humedad, reduciendo el riesgo de maceración y favoreciendo la cicatrización.
  • Adhesión y facilidad de retirada. Debe ser suficiente para mantener la tirita en su lugar durante la actividad diaria y en presencia de exudado, pero no tan fuerte que al retirarla desprenda capas epidérmicas.
  • Frecuencia de cambios. Tiritas de alta absorción o apósitos con hidrocoloides permiten espaciar los cambios, mientras que adhesivos más suaves facilitan reemplazos frecuentes en heridas delicadas.
  • Compatibilidad con piel sensible o alérgica. Las hipoalergénicas están indicadas para reducir el riesgo de dermatitis de contacto y reacciones alérgicas; suelen estar libres de látex y fragancias. Las de silicona médica tienen una adhesión suave y mínimas irritaciones al retirarla, ideal para pacientes pediátricos, geriátricos o tras intervenciones dermatológicas.
Volver arriba

Curar una herida y protegerla con tirita en 5 pasos

Para terminar, te dejamos esta pequeña guía práctica con el paso a paso para limpiar y proteger una herida común con una tirita de forma correcta.

La aplicación adecuada no solo favorece la cicatrización (si dejas la herida al aire favoreces la formación de costras, retrasas la cicatrización y aumentas el riesgo de infección…) sino que minimiza el riesgo de infección y reduce el dolor. 

1. Detener el sangrado

Antes de tocar la herida, lávate bien las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos para eliminar bacterias y suciedad.

Si la herida sangra, aplica presión suave con una gasa estéril o paño limpio hasta que el sangrado se detenga.

2. Limpiar la herida

Limpia la zona con agua corriente y jabón suave, retirando con cuidado cualquier resto de suciedad o residuos. Seca la herida con golpecitos suaves usando una gasa o paño limpio, evitando frotar para no irritar el tejido.

3. Desinfectar, prevenir infecciones

En la herida limpia y seca, aplica un antiséptico efectivo, como Betadine, por ejemplo, en una capa fina, dejándolo secar al aire antes de cubrir con la tirita para no empapar el apósito.

4. Selecciona la tirita adecuada

Elige la tirita adecuada al tipo de herida y el lugar. 

5. Aplica la tirita

Despega con cuidado los protectores del adhesivo, evitando tocar la almohadilla central. Coloca la almohadilla justo sobre la herida, centrándola para cubrir bien toda la zona lesionada. Alisa las lengüetas de la tirita desde el centro hacia los bordes para que queden bien adheridas y sin arrugas.

Cuidados posteriores

  • Revisa la tirita diariamente; cámbiala si se humedece, se ensucia o pierde adhesión, ya que un apósito saturado no cumple con la finalidad de proteger y facilitar la cura, pues favorece la maceración.
  • Mantén la zona limpia y seca, y evita exponerla al agua sin protección.
  • Si sospechas que la herida pudiera estar infectada ( enrojecimiento creciente, si hay dolor intenso, hinchazón, calor, exudado verde o amarillo, mal olor o fiebre mayor de 38 °C...)  consulta a un profesional de salud. 

Cómo gestionar un botiquín casero

Volver arriba

Recomendado para ti