El día 3 de noviembre llegué con 40 minutos de antelación al aeropuerto de Málaga porque se retrasó mi conexión y perdí el vuelo por una serie de factores: llegué tarde, no había nadie en facturación, no había nadie en la oficina, nadie contestaba al teléfono y era imposible facturar online porque no funcionaba la página.
Logré llegar a la puerta de embarque acompañada de dos guardias civiles y a las 9:00 no había nadie tampoco en la puerta de embarque (el helicóptero salía a las 9.25).
Tuve que pasar la noche en Málaga y faltar al trabajo al día siguiente.
Intento conseguir una justificación para ese ausencia en el trabajo y en la oficina y por teléfono me indican escribir un email a coordinación pero aún sigo esperando una respuesta.
Creo que el trato recibido por la compañía es muy reprochable.