Violencia doméstica: pocas denuncias

Una encuesta realizada por la OCU sobre la violencia doméstica revela que una de cada cinco personas encuestadas ha sufrido algún episodio de violencia doméstica; y muchas necesitaron atención médica. Sin embargo, apenas el 3% de denunció a su agresor.
La encuesta, publicada en OCU-Compra Maestra nº 334, analiza las causas más comunes de este grave problema social, así como sus consecuencias y la forma de enfocarlo.
Desde el insulto a la paliza
Insultar a la pareja, a un hijo o a un hermano es una forma de violencia doméstica. Se trata, en estos casos, de una agresión verbal, la más común de todas ellas, y casi tan habitual en hombres como en mujeres. Lamentablemente, hay formas de violencia doméstica mucho más graves, como la agresión física, la agresión sexual o, directamente, el intento de asesinato; y en estos casos la víctima suele ser una mujer. Según el Ministerio de Igualdad, al menos 70 mujeres murieron asesinadas durante el 2008 a manos de su pareja o ex pareja.
Insultar a la pareja, a un hijo o a un hermano es una forma de violencia doméstica. Se trata, en estos casos, de una agresión verbal, la más común de todas ellas, y casi tan habitual en hombres como en mujeres. Lamentablemente, hay formas de violencia doméstica mucho más graves, como la agresión física, la agresión sexual o, directamente, el intento de asesinato; y en estos casos la víctima suele ser una mujer. Según el Ministerio de Igualdad, al menos 70 mujeres murieron asesinadas durante el 2008 a manos de su pareja o ex pareja.
La violencia doméstica es más habitual de lo que pensamos. Según nuestra encuesta el 21% de las personas ha sufrido alguna vez este tipo de maltrato. Y afecta a todo tipo de personas, independientemente de su situación social, cultural o religiosa. Además, sus desencadenantes son muy variados: diferencias de opinión sobre la educación de los hijos, frustración por una situación concreta, estrés por exceso de trabajo, dificultades económicas, celos, etc., incluso pueden no tener una explicación aparente.
Un 17% de las víctimas precisó atención médica. Y son muchas más las que, posteriormente, necesitaron ayuda profesional o psicológica. Sin embargo, sólo el 3% de las personas agredidas denunció a su agresor, aún cuando en la mayoría de los casos no era la primera vez. A menudo la propia víctima quita importancia al maltrato, pero en otros muchos casos no se atrevió a hacerlo, bien porque pensó que no serviría de nada o porque temía empeorar la situación. Lo cierto es que los motivos son casi tan variados como familias hay en nuestro país.
- Si necesita atención médica llame a Urgencias (112).
- Si además quiere poner una denuncia, llame directamente a la Policía Nacional (091) o a la Guardia Civil (062).
- Si no se atreve a denunciar la agresión, llame al menos al Servicio de Información y Asesoramiento Jurídico en materia de violencia de género (016, un número que no queda registrado en la factura telefónica); o a la Comisión para la Investigación de Malos Tratos (900 100 009).
- Si ni siquiera se atreve a llamara a uno de estos teléfonos, cuénteselo a un amigo, a un familiar de confianza o a su médico. Es vital no aislarse ni sentirse culpable.