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Las residencias de mayores examinadas por las familias

Dos encuestas realizadas por OCU a familiares de residentes nos permiten conocer cómo funcionan las residencias de mayores, cuáles son los aspectos que más valoran y aquellos que se podrían mejorar. Sus respuestas sacan a la luz las carencias que las residencias arrastraban y que durante la pandemia se han acentuado. El 19% de los familiares están insatisfechos con la gestión de la pandemia por coronavirus en su residencia, pero mucho más lo están con la gestión por parte de las autoridades.

26 noviembre 2020
la vida en las residencias de mayores examinada por los familiares

En marzo de 2020, antes de la explosión de la pandemia por coronavirus, OCU realizó una encuesta a 2.709 personas que tenían un familiar cercano viviendo en una residencia en los últimos cinco años. Preguntamos acerca de su tipo de plaza, tiempo de espera, precios, problemas surgidos con la residencia y grado de satisfacción con los cuidados recibidos.

Mujer de 82 años: retrato del residente

El retrato de la persona mayor que ingresa en una residencia es el de una mujer de 82 años.

  • De cada 10 personas que entran, 7 son mujeres y 3 hombres.
  • Al ingreso, su edad media es de 82 años, una edad bastante avanzada.
  • Según la encuesta, la mitad de los residentes llegan con problemas para cuidar de su higiene personal (53%), de movilidad (52%) o de memoria (52%); los problemas de salud física o mental previos alcanzaban a un 24%.

Cuatro meses en lista de espera

  • El tiempo de espera para entrar en la residencia fue bastante largo, de media 120 días, plazo que varía mucho en función del tipo de plaza: 57 días en una plaza privada, 163 días en una concertada y 209 días en una pública.
  • No obstante, el 24% de los residentes no pudo ir a la residencia que le hubiera gustado.
  • El coste medio de una plaza es de 1.374 euros mensuales, extras aparte (119 €). En el 65% de los casos, el importe de la pensión media de los encuestados no alcanza para pagar la plaza, pues es de 1.135 euros mensuales.
  • Las residencias más caras se encuentran en el País Vasco (1.758 €), Madrid (1.521 €) y Cataluña (1.374 €).
  • Cuatro de cada diez encuestados han tenido algún problema en la residencia. Los más comunes tienen que ver con los cuidados en la higiene (aseo, cambio de pañal) y con las actividades prometidas que no se cumplen (relajación, ejercicio). También se han destacado problemas en la comunicación de asuntos médicos a la familia, visitas al médico, asistencia para comer, intoxicaciones y restricciones en la comida y robo de objetos personales.

Medianamente satisfechos, con una nota de 67 sobre 100

Terapia ocupacional y bienestar emocional son aspectos que deben mejorarse en las residencias de mayores

Cuando preguntamos a los familiares de los residentes qué nota pondrían a su satisfacción general con la residencia, resulta un 67 sobre 100, por lo que podríamos decir que se encuentran medianamente satisfechos. No obstante, es de destacar que un 40% de los encuestados está muy satisfecho, ya que da una valoración superior a 80 sobre 100.

  • Los aspectos que las familias valoran mejor, con una puntuación por encima de 67, son los horarios de visitas y salidas, así como el confort de la habitación y el baño y los espacios comunes.
  • Rondando la nota media de 67 se encuentran la competencia del personal, la asistencia diaria al residente en su aseo y la asistencia de enfermería en el cuidado de heridas y medicación.
  • Un poco por debajo, con unas notas entre 65 y 61 sobre 100, se agrupan la comida (calidad, variedad, horarios, etc.), la asistencia médica (revisiones, información, etc.), la actividades y terapia ocupacional, así como la relación calidad/precio.
  • Entre los aspectos peor valorados, de 55 a 59 sobre 100, aparecen el número de empleados de noche y en fin de semana, y la asistencia psicológica relacionada con el bienestar emocional.

La covid-19 trastoca la vida en las residencias

En octubre de 2020, OCU realizó una segunda encuesta a 711 personas con un familiar cercano que estuviera viviendo en una residencia de mayores de marzo a octubre, durante la pandemia de la covid-19. Les preguntamos cómo vivió su familiar la situación y en qué estado salió de ella, cómo estaba dotada la residencia en cuanto a equipamiento de protección y tests para los residentes y para el personal. También queríamos saber cuál es su grado de satisfacción con la gestión de la pandemia.

Test al 83% de los residentes

Según las respuestas a la encuesta, el 83% de los residentes pasaron una prueba PCR y el 13% dio positivo.

Test de coronavirus en residencias de mayores

  • El 10% de los residentes de los encuestados murió durante el periodo de marzo a octubre de 2020: de ellos, el 41% falleció por causa del coronavirus. Otro 25% quedó en la duda, mientras que el 34% restante fue por motivos diferentes.
  • El coronavirus y el confinamiento estricto afectaron al estado de salud de los residentes, en particular a la de los que ya se encontraban en estado grave antes de la pandemia: si en marzo había un 22% de los residentes en estado grave, el porcentaje se elevó al 33% en los meses posteriores.

Escasez de medios y de personal

Cuando echamos la vista atrás, recordamos los días en que faltaban tests, mascarillas, ropa de protección y tantas cosas que hasta entonces no habíamos necesitado. Las residencias sufrieron la escasez con especial urgencia. Estos son los datos que los familiares nos trasladan:

escasez de equipamiento y personal en residencias de mayores durante el confinamiento por coronavirus

Durante el confinamiento en marzo y abril seguía habiendo una gran falta de pruebas y test, ropa de protección, mascarillas tanto para el personal como para los residentes o desinfectante de manos. No obstante, la tendencia era a mejorar un poco las cifras con respecto al inicio de la crisis.

Sin embargo, la falta de personal se hizo más evidente. Durante el confinamiento se elevaron un poco los porcentajes de falta de personal auxiliar (cuidadores, auxiliares, cocineros), y sobre todo de personal sanitario (enfermeros y médicos).

En la actualidad, la situación ha mejorado notablemente en cuanto al equipamiento, aunque en personal todavía no están las cosas como a los familiares les gustaría: 3 de cada 10 consideran que sigue faltando personal auxiliar y sanitario.

Las familias valoran la gestión de la pandemia

Uno de los objetivos de la encuesta era conocer cuál era el grado de satisfacción con la gestión de la pandemia directamente por la residencia, como por parte de las autoridades.

La gestión en las residencias, aprobada, pero...

Pedimos a los encuestados que valoren cómo se ha realizado la gestión de la pandemia durante el confinamiento en la residencia de su familiar: De media, los encuestados puntúan la gestión con un 66 sobre 100, no obstante, un 19% se declara muy insatisfecho.  En general:

  • Consideran que los cuidados diarios a los residentes se mantuvieron en buenos niveles de calidad, pues puntúan con un 71 este aspecto.
  • También fueron más que aceptables (68 sobre 100) las medidas para limitar la propagación de la enfermedad, la atención médica a los residentes sin coronavirus y la atención de enfermería.
  • Se quedan en un 65 sobre 100 aspectos como la comunicación con los familiares, la atención médica a los residentes con coronavirus y la atención a la salud mental.
  • Lo peor valorado, con un 62 sobre 100, es la terapia ocupacional y la atención al ocio.

En los aspectos en los que podemos comparar con la encuesta precovid, observamos cierto paralelismo, ya que la terapia ocupacional y la asistencia psicológica relacionada con el bienestar emocional aparecen en ambas en los últimos lugares en la clasificación de satisfacción.

Mal la gestión por parte de las autoridades

Los familiares de residentes valoran la gestión de la pandemia por coronavirus

¿Y cómo valoran la gestión global de la pandemia en las residencias por parte de las autoridades?

Los encuestados son en este punto menos indulgentes que en la valoración de la gestión de la propia residencia: el Gobierno de España suspende (obtiene una nota de 41 sobre 100) y los gobiernos autonómicos en su conjunto tampoco aprueban (49). La mejor valoración la recibe Asturias (64 sobre 100) y las peores, Castilla-La Mancha (41) y la Comunidad de Madrid (38).