¿Confiamos en las instituciones?

El Banco de España, los sindicatos, el Parlamento Nacional o el Sistema Judicial. De las 20 instituciones valoradas en nuestra encuesta realizada a más de 800 socios de OCU, la mayoría suspenden el examen de confianza, especialmente las encargadas de la supervisión financiera y de los mercados.
Economistas, sindicatos, jueces y políticos: muy mal valorados
Desconocemos los motivos exactos de esta falta de confianza, pero es muy posible que las consecuencias de la crisis sobre nuestra situación laboral y nuestra economía doméstica tengan bastante que ver, porque las cuatro entidades peor valoradas (Banco Mundial, CNMC, FMI y Banco de España) están relacionadas con las finanzas, el crédito y el mercado en general.
Otras instituciones claramente penalizadas por los ciudadanos han sido los órganos legislativos: Parlamento Europeo, Parlamento Nacional y Parlamentos Autonómicos. Estos lugares habituales de trabajo de nuestros políticos son frecuentemente puestos en duda por los ciudadanos y los medios de comunicación.
Sindicatos y Sistema Judicial son otras dos instituciones que salen mal paradas en nuestro estudio de confianza. Un resultado preocupante al tratarse de dos instituciones básicas en cualquier democracia.
Banco Mundial, CNMC, FMI y Banco de España: las más deficientes y peor conocidas
Las cuatro instituciones peor valoradas son también las menos conocidas. Es el caso, por ejemplo, de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Un 86% de los encuestados reconoce estar poco o nada informado sobre su capacidad para supervisar la aplicación de las normas de la competencia, para prohibir la fusión de empresas (cuando esto se traduzca en una posición dominante en el mercado) o para sancionar en sectores vitales para los consumidores y usuarios como el de la energía, las telecomunicaciones, los medios audiovisuales, los aeropuertos y ferrocarriles... Una labor que el año pasado se tradujo, entre otras cosas, en multas por valor de 549 millones de euros por fijación de precios a fabricantes de automóviles, empresas de gestión de residuos, industrias lácteas o grandes petroleras.
Otra institución en entredicho ha sido el Banco de España. El 75% de los encuestados desconocen la amplitud de sus funciones para la supervisión de la banca y las entidades de crédito. Aunque en este caso su labor ofrece muchas más dudas: en el marco de una grave crisis económica consintió la masiva comercialización de productos tan complejos como las preferentes; al tiempo que fueron frecuentes sus errores para valorar la solvencia de las entidades, como por ejemplo ocurrió con la precipitada salida a bolsa de Bankia.
En último lugar, el conocimiento que tienen los encuestados de dos instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional no es mucho mejor. Así, el 87% de los encuestados reconoce estar muy poco informado sobre la labor del Banco Mundial: la asistencia financiera y técnica de los países en vías de desarrollo. Sin embargo, sí les llega el impacto negativo de algunos de sus proyectos sobre el medio ambiente o las pequeñas comunidades.
Con un grado de confianza del 1 al 10 (siendo el 1 el más bajo y el 10 el más alto), en este gráfico se puede comprobar el resultado de nuestra encuesta a 20 instituciones:
Al hablar de instituciones básicas, de las que dependen en buena medida nuestra economía doméstica y el comportamiento financiero de bancos, empresas y corporaciones, creemos que nuestra opinión sobre el resultado de esta encuesta es importante.
Consideramos que en principio no hay razones para desconfiar en la labor de una de las instituciones peor paradas: la CNMC. La responsable del Departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales de OCU, Ileana Izerniceanu, piensa que el “trabajo de la CNMC es encomiable a la hora de garantizar la libre competencia; es decir a la hora de garantizar al consumidor el derecho a elegir aquellos productos o servicios más baratos o que mejor se adapten a sus intereses. Y lo ha demostrado con contundentes sanciones a los cárteles, como en el caso de los concesionarios y fabricantes de coches, que han sumado 170 millones de euros en multas. O con sus acciones para la contención de los precios de la energía desde la aprobación de la nueva normativa. Además, la exigencia de transparencia es otro factor a su favor “.
Por otro lado, creemos que las críticas al Banco de España sí que tienen bastante más sentido, debido a su lentitud o la falta de actuación en situaciones claramente abusivas, como las cláusulas suelo o los desahucios. Estos errores graves han puesto en evidencia la necesidad de un regulador financiero independiente del poder político y económico en el Banco de España y en otras instituciones financieras, como la CNMV y la Dirección General de Seguros, que realmente vele por los intereses de los ciudadanos. Ileana Izerniceanu opina que “ayudaría mucho el hecho de que sus responsables fueran elegido por el Parlamento en su conjunto en vez de por el Gobierno de un determinado partido político. Y que se hiciera a partir de una lista pública de candidatos, donde se recogieran los requisitos de honorabilidad y profesionalidad reconocida”.
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