Bicicletas: una guía para elegir con acierto

Elegir bici no es sencillo porque la oferta es variada: bicicletas de montaña, de carretera, de paseo, eléctricas... Para escoger sin error, es necesario que tengas bastante claro para qué quieres usarla, qué tipo de itinerarios haces y que te fijes en algunos detalles. Te ayudamos con la elección y te damos algunos consejos de mantenimiento y seguridad.
Elegir bien la bicicleta y los accesorios de acuerdo con el uso que vas a hacer de ella es esencial para disfrutarla más y que te ofrezca un buen rendimiento. Las bicicletas que encontrarás en las tiendas se suelen encuadrar dentro de alguno de estos cinco tipos: montaña, carretera, ciudad, plegable o eléctrica. Cada tipo tiene unas características pensadas para un uso específico.
Pasamos revista a las características de los distintos tipos de bicicleta para ayudarte a elegir y seleccionar tu modelo ideal.
Bicicletas de montaña, BTT (Todo Terreno) o MTB (Mountain Bike)
¿Cómo elegir una bicicleta de montaña? Las bicicletas de montaña son robustas y versátiles. En estos momentos, son el tipo más vendido. Con sus gruesas ruedas de tacos, se pueden utilizar en caminos de campo, con agua o barro, pero también pueden circular por el asfalto en calles y carreteras. Por eso, son ideales si quieres una bicicleta para ir a diario al trabajo o al instituto, pero también quieres usarla para paseos campestres durante el fin de semana.
- Si quieres una bici de montaña, pero no crees que puedas usarla mucho, o si es para un niño o niña que va a crecer o que la usará solo por el parque y no por caminos complicados, puedes encontrar modelos básicos con cuadro de acero por menos de 500 euros.
- Si vas a usar tu bici de montaña habitualmente y por senderos irregulares, te conviene un modelo con cuadro de aluminio y buena suspensión delantera, tipo racing, que suelen costar entre 500 y 1.5000 euros.
- ¿La bici de montaña es tu pasión? ¿vas a montar campo a través? Entonces te aconsejamos una bicicleta tipo enduro free. Son máquinas con doble suspensión y las mayores prestaciones posibles y suelen costar entre 1.500 y 4.000 euros, pero se pueden disparar hasta los 10.000 dependiendo de los materiales y los accesorios, que influyen en el peso de la bici y en sus prestaciones.
Bicicletas urbanas: para moverse en la ciudad
Están pensadas para usarlas en un entorno urbano, para ir al trabajo, hacer recados o turismo dentro de un pueblo o ciudad. También se denominan bicicletas de paseo. Están diseñadas para resultar cómodas y estables, ofreciendo al usuario una postura más relajada que en las bicicletas de montaña o de carreras.
También es común que tengan accesorios urbanos como timbre, guardabarros, espejos, luces y catadriópticos reflectantes, etc. y una o más canastillas para el transporte de objetos. Debido a estos accesorios, no suelen resultar muy ligeras. Su precio es variable, puedes encontrarlas desde 200 euros hasta modelos más técnicos por 1.000 euros.
Bicicletas plegables, las más transportables
Se doblan por la mitad por lo que una bici plegable es tu mejor aliada para usarla en la ciudad y llevarla en los transportes públicos o subirla en el ascensor a casa. Son algo más pequeñas que las bicis urbanas, pero resultan cómodas, manejables y resistentes.
El tipo de plegado puede variar, dependiendo de los modelos, pero caben en cualquier sitio. Entre sus limitaciones está su menor versatilidad: las ruedas son más pequeñas y tienen menos velocidades. Puedes encontrar bicicletas plegables desde 300 euros, aunque hay marcas bastante más caras. También existen versiones eléctricas, con precios entre 1.000 y 2.200 euros, pero debes tener en cuenta que el motor y la batería hacen que sean bastante más pesadas y difíciles de transportar.
Bicicletas de carretera: para correr
La bicicleta de carreras, comúnmente conocida como “bicicleta de carretera”, esta diseñada para la velocidad: ángulos de asiento y frontales muy verticales, un eje pedalier alto, y muy poca curvatura en la horquilla. La ligereza del conjunto es importante, por eso, prescinden de accesorios. El manillar tiene diseños peculiares según tipo de competición, para que el ciclista adopte posiciones aerodinámicas al pedalear. Solo son apropiadas para rodar por asfalto. El precio de una bici de carreras estándar ronda los 500 euros, y los modelos superiores van desde los 1.500 hasta los 8.000 euros.
Bicicletas eléctricas: otra forma de montar
Tienen la forma de una bicicleta, pero están equipadas con un motor eléctrico alimentado por una batería. Ese motor eléctrico tiene que dejar de funcionar en el momento en el que se dejan de dar pedales o si la bicicleta alcanza los 25 km/h. La bicicleta puede llegar a ir más deprisa, pero sin la ayuda del motor. Si no cumple esa característica, se considera un vehículo ligero (Categoría L1e), similar a un ciclomotor, que debe estar matriculado, tener un seguro y pasar la ITV.
Son bicicletas que ayudan cuando hay que recorrer rutas con muchas cuestas tanto en la ciudad como en el campo, ya que existen modelos urbanos y otros de montaña. Dan también una oportunidad a quienes por lesiones o edad no tienen una buena forma física pero quieren seguir pedaleando. Pesan bastante más que las clásicas (por encima de los 25 kg e, incluso, de los 30 kg), debido a la presencia de la batería, lo que es un inconveniente si hay que moverlas solo con las piernas. Y consumen energía, en ese sentido, son menos respetuosas con el medio ambiente que las de tracción humana. Aún así, su consumo de energía es muy bajo en comparación con otros vehículos de motor y la batería también se recarga en los descensos o con las frenadas. Ten en cuenta que para que una bicicleta se recargue frenando tiene que tener frenado regenerativo. Normalmente las bicicletas eléctricas no lo tienen. Aunque es cierto que este sistema aumenta la autonomía de la batería, también aumenta el precio de la bicicleta y ligeramente el peso.
Su precio se mueve entre los 400 y los 4.500 euros. Piensa si te merece la pena la inversión y también dónde la vas a aparcar, porque son caras y pueden robártela.
Elegir bien la bicicleta y los accesorios de acuerdo con el uso que vas a hacer de ella es esencial para disfrutarla más y que te ofrezca un buen rendimiento. Las bicicletas que encontrarás en las tiendas se suelen encuadrar dentro de alguno de estos cinco tipos: montaña, carretera, ciudad, plegable o eléctrica. Cada tipo tiene unas características pensadas para un uso específico.
Pasamos revista a las características de los distintos tipos de bicicleta para ayudarte a elegir y seleccionar tu modelo ideal.
Bicicletas de montaña, BTT (Todo Terreno) o MTB (Mountain Bike)
¿Cómo elegir una bicicleta de montaña? Las bicicletas de montaña son robustas y versátiles. En estos momentos, son el tipo más vendido. Con sus gruesas ruedas de tacos, se pueden utilizar en caminos de campo, con agua o barro, pero también pueden circular por el asfalto en calles y carreteras. Por eso, son ideales si quieres una bicicleta para ir a diario al trabajo o al instituto, pero también quieres usarla para paseos campestres durante el fin de semana.
- Si quieres una bici de montaña, pero no crees que puedas usarla mucho, o si es para un niño o niña que va a crecer o que la usará solo por el parque y no por caminos complicados, puedes encontrar modelos básicos con cuadro de acero por menos de 500 euros.
- Si vas a usar tu bici de montaña habitualmente y por senderos irregulares, te conviene un modelo con cuadro de aluminio y buena suspensión delantera, tipo racing, que suelen costar entre 500 y 1.5000 euros.
- ¿La bici de montaña es tu pasión? ¿vas a montar campo a través? Entonces te aconsejamos una bicicleta tipo enduro free. Son máquinas con doble suspensión y las mayores prestaciones posibles y suelen costar entre 1.500 y 4.000 euros, pero se pueden disparar hasta los 10.000 dependiendo de los materiales y los accesorios, que influyen en el peso de la bici y en sus prestaciones.
Bicicletas urbanas: para moverse en la ciudad
Están pensadas para usarlas en un entorno urbano, para ir al trabajo, hacer recados o turismo dentro de un pueblo o ciudad. También se denominan bicicletas de paseo. Están diseñadas para resultar cómodas y estables, ofreciendo al usuario una postura más relajada que en las bicicletas de montaña o de carreras.
También es común que tengan accesorios urbanos como timbre, guardabarros, espejos, luces y catadriópticos reflectantes, etc. y una o más canastillas para el transporte de objetos. Debido a estos accesorios, no suelen resultar muy ligeras. Su precio es variable, puedes encontrarlas desde 200 euros hasta modelos más técnicos por 1.000 euros.
Bicicletas plegables, las más transportables
Se doblan por la mitad por lo que una bici plegable es tu mejor aliada para usarla en la ciudad y llevarla en los transportes públicos o subirla en el ascensor a casa. Son algo más pequeñas que las bicis urbanas, pero resultan cómodas, manejables y resistentes.
El tipo de plegado puede variar, dependiendo de los modelos, pero caben en cualquier sitio. Entre sus limitaciones está su menor versatilidad: las ruedas son más pequeñas y tienen menos velocidades. Puedes encontrar bicicletas plegables desde 300 euros, aunque hay marcas bastante más caras. También existen versiones eléctricas, con precios entre 1.000 y 2.200 euros, pero debes tener en cuenta que el motor y la batería hacen que sean bastante más pesadas y difíciles de transportar.
Bicicletas de carretera: para correr
La bicicleta de carreras, comúnmente conocida como “bicicleta de carretera”, esta diseñada para la velocidad: ángulos de asiento y frontales muy verticales, un eje pedalier alto, y muy poca curvatura en la horquilla. La ligereza del conjunto es importante, por eso, prescinden de accesorios. El manillar tiene diseños peculiares según tipo de competición, para que el ciclista adopte posiciones aerodinámicas al pedalear. Solo son apropiadas para rodar por asfalto. El precio de una bici de carreras estándar ronda los 500 euros, y los modelos superiores van desde los 1.500 hasta los 8.000 euros.
Bicicletas eléctricas: otra forma de montar
Tienen la forma de una bicicleta, pero están equipadas con un motor eléctrico alimentado por una batería. Ese motor eléctrico tiene que dejar de funcionar en el momento en el que se dejan de dar pedales o si la bicicleta alcanza los 25 km/h. La bicicleta puede llegar a ir más deprisa, pero sin la ayuda del motor. Si no cumple esa característica, se considera un vehículo ligero (Categoría L1e), similar a un ciclomotor, que debe estar matriculado, tener un seguro y pasar la ITV.
Son bicicletas que ayudan cuando hay que recorrer rutas con muchas cuestas tanto en la ciudad como en el campo, ya que existen modelos urbanos y otros de montaña. Dan también una oportunidad a quienes por lesiones o edad no tienen una buena forma física pero quieren seguir pedaleando. Pesan bastante más que las clásicas (por encima de los 25 kg e, incluso, de los 30 kg), debido a la presencia de la batería, lo que es un inconveniente si hay que moverlas solo con las piernas. Y consumen energía, en ese sentido, son menos respetuosas con el medio ambiente que las de tracción humana. Aún así, su consumo de energía es muy bajo en comparación con otros vehículos de motor y la batería también se recarga en los descensos o con las frenadas. Ten en cuenta que para que una bicicleta se recargue frenando tiene que tener frenado regenerativo. Normalmente las bicicletas eléctricas no lo tienen. Aunque es cierto que este sistema aumenta la autonomía de la batería, también aumenta el precio de la bicicleta y ligeramente el peso.
Su precio se mueve entre los 400 y los 4.500 euros. Piensa si te merece la pena la inversión y también dónde la vas a aparcar, porque son caras y pueden robártela.
Una vez que sepas qué tipo de bicicleta quieres, hay otros factores que debes tener en cuenta.
La talla
Las bicicletas se venden en diferentes medidas, que se suelen expresar en pulgadas y que hacen referencia a la distancia entre el soporte del pedal y la parte superior del tubo donde encaja el sillín, la tija.
¿Cómo puedo saber la talla de mi bici?
Algunas marcas las señalan con letras: S para marcos de 17 pulgadas; M para marcos de 19"; L para marcos de 21" y XL para bicis de 23".
La talla correcta dependerá de tu estatura ¿Quieres saber qué talla de bicicleta es la adecuada si mides 1,70 o si tu estatura es 1,80? Sal de dudas: mide tu pierna desde la ingle al talón y multiplica el valor obtenido por 0,21 si la talla está en pulgadas. o por 0,65 si la talla se expresa en centímetros. La cifra que resulte es la talla de cuadro que debes pedir.
En la tienda, pide también que realicen otros ajustes, como la sensibilidad del freno y el engranaje. Antes de comprar en una gran superficie, asegúrate de si tienen este servicio de ajuste.
El cambio y los frenos
Son elementos importantes, que van a influir en el esfuerzo que harás al montar y la seguridad cuando tengas que frenar.
Por lo que respecta al cambio, 18 velocidades suelen ser más que suficiente. Las bicicletas de paseo o ciudad normalmente tienen menos.
En cuanto a los frenos, aunque hay muchos tipos (de tambor, de horquilla, cantiléver), vamos a repasar solo los más comunes:
- Frenos V-brake: se llaman así por su forma de uve. Un cable ejerce un fuerza horizontal que hace inclinarse los brazos del freno con sus cuñas de goma hacia dentro. Al entrar en contacto con la llanta, el rozamiento con las cuñas hace que la rueda se detenga. No son el sistema más eficaz, pero son ligeros y suficientes para los usuarios menos exigentes. El cable transmite la fuerza que ejerce el ciclista al frenar.
- Frenos de disco: en lugar de dos cuñas, hay un disco que produce el rozamiento. Son más eficaces cuando hay barro o lluvia que los V-brake, algo que debes tener en cuenta si vas a montar con esas condiciones. Los hay de dos tipos: en los mecánicos, la fuerza se transmite mediante un cable igual que en los del tipo V-brake, mientras que en los de tipo hidráulico, la fuerza que aplica el ciclista en la palanca desplaza un aceite que mueve los pistones que presionan el disco contra la rueda. Con estos, no es necesario apretar tanto para obtener la misma fuerza de frenado.
El cuadro
El cuadro de acero es el más básico y económico, recomendable para bicicletas de uso esporádico. Las bicicletas de aluminio combinan ligereza y un precio bastante asequible. Hay otros materiales muy resistentes y ligeros, como la fibra de carbono o el titanio, pero por su alto precio solo son recomendables para grandes aficionados o usuarios muy habituales que sacarán partido a sus ventajas.
El casco
No forma parte de la bicicleta pero puede salvarte la vida. Puedes consultar aquí una guía de compra de cascos de bici para elegir el modelo que mejor se adapte a ti o a tus hijos, pues todos debéis pedalear bien protegidos.
Mantener tu bicicleta a punto requiere cierta atención. Conviene revisarla antes de hacer una salida larga, limpiarla al regresar y engrasarla periodicamente. Te damos los detalles.
¿Qué debes revisar antes de salir con tu bicicleta?
Antes de salir al campo o la carretera con tu bici, conviene revisar que todo está a punto, pues los desajustes de frenos, cadena, marchas, etc. pueden hacer el pedaleo incómodo y hasta podría haber riesgos.
Los frenos
Antes de ponerte en marcha, aprieta los frenos y asegúrate de que obedecen bien a la presión y detienen la bicicleta con seguridad. Observa que los cables están fuertes, las zapatas no tienen demasiado desgaste y que no hay ninguna suciedad o elemento extraño que entorpezca el funcionamiento.
Los neumáticos y ruedas
Comprueba la presión y ajústala según tu peso. La adecuada suele estar entre 2,5 y 4,5 bares, pero mejor compruébalo en la propia rueda donde normalmente está indicado. Ten en cuenta que un ciclista más pesado debe llevar mayor presión en sus neumáticos que otro que pese menos.El terreno también influye: para rodar en carretera, se requiere más presión que en vías accidentadas. Un neumático muy inflado puede sufrir un reventón si pilla un bache o una piedra.
Asegúrate también de que el tornillo que la sujeta a la horquilla está bien apretado o la palomilla cerrada, porque si la rueda llegara a soltarse mientras montas podrías tener una caída seria.
La cadena
Compruebe que esté limpia y bien tensada. Con la bicicleta puesta del revés, mueve los pedales adelante y atrás para estar seguro de que todos los engranajes corren bien. Si se mueve con alguna dificultad, usa un lubricante.
El sillín y el manillar
Súbete y prueba que su altura e inclinación te resultan cómodas para pedalear y también cuando estás parado. Asegúrate de que están bien sujetos, con las palomillas apretadas. Si el sillín se colara de repente hacia abajo o el manillar se soltara podrías tener un accidente.
Las herramientas
Conviene que lleves una bomba de inflar, un kit de reparar pinchazos, unas llaves Allen y una llave inglesa que se pueda ajustar a diferentes tamaños de tuerca. te servirán para arreglar la cadena, desmontar los neumáticos, ajustas los frenos, etc.
¿Cómo limpiar una bicicleta?
Y al regresar, una limpieza siempre viene bien. La mayoría de las piezas de la bicicleta son de metal y la humedad es uno de sus enemigos. Es mejor hacerla enseguida, porque la suciedad reciente sale más fácilmente que si la dejas secar.
Limpieza
Vas a necesitar agua, detergente para lavar platos o champú de lavar coches, esponja, paños para secar y un cepillo para llegar a los lugares difíciles. Procede así:
- Retira el barro con ayuda del cepillo en los lugares difíciles.
- Rodea la cadena con un paño empapado en agua con detergente y mueve los pedales para asegurar que la limpieza llega a todas partes.
- Dale la vuelta a la bicicleta para que salga el agua de los engranajes y las juntas y pasa un paño seco para retirar la humedad que quede.
Engrasado
Es una operación que debes repetir siempre que hayas limpiado tu bicicleta. Aplica el lubricante sobre la cadena, las juntas, palancas y cables de freno. Procura retirar el exceso con un paño para que no se pegue suciedad a la grasa al utilizar la bici de nuevo. Ten cuidado y evita que el lubricante entre en contacto con las cuñas o las pastillas de freno, pues puede disminuir mucho su eficacia al hacerlas resbaladizas.
Cómo limpiar la bicicleta eléctrica
En general, debes seguir los mismos pasos de mantenimiento que hemos explicado: comprobar la presión de los neumáticos, y los cables y pastillas de freno antes de ponerte en camino.
Igualmente, las piezas móviles deben estar limpias y bien engrasadas, pero debes tener precaución y evitar el agua a presión para que no se mojen los componentes eléctricos que pueden no ser totalmente estancos. Asegúrate de secar bien esos componentes antes de volver a recargar tu batería.
Cuando montes en bicicleta, ten siempre presentes las recomendaciones básicas de seguridad:
- Usa siempre casco cuando montes en bicicleta, incluso en las situaciones en las que no es obligatorio
- Señala a los conductores tus giros, respeta las señales y los semáforos.
- Lleva algún tipo de reflectante en la ropa, las zapatillas.... Si vas a circular de noche, coloca luces delante y detrás.
- No utilices auriculares mientras montas en tu bicicleta.
- Verifica regularmente el estado de tu bicicleta y haz un mantenimiento regular de los frenos, llantas, etc.. como te hemos explicado anteriormente..
- Antes de coger una ruta nueva, infórmate bien sobre ella y procura salir siempre acompañado.
- Lleva tu teléfono móvil con la batería bien cargada y tu documentación en regla.
Transportar la bicicleta en tu coche
La Dirección General de Tráfico no aconseja llevar las bicicletas dentro del coche porque pueden resultar un elemento muy peligroso en caso de accidente. Pero si vas a hacerlo así porque no tienes portabicis, asegúrate de que no te entorpece la visibilidad, no molesta a los ocupantes ni causa desperfectos en el coche o en la propia bici.
Si la vas a llevar en el exterior, tienes dos opciones:
- Parte trasera: hay muchos modelos de portabicis en el mercado para elegir, pero recuerda que la bicicleta no debe sobresalir por los lados del coche ni prolongar la longitud del vehículo más de un 15%. Tampoco puede dificultar la visión del conductor ni tapar la matrícula o las luces.
- En el techo: no es lo más aconsejable porque perjudica la aerodinámica del coche y hay que tener mucho cuidado cuando pases por algún lugar con techo bajo. No se permite llevar la bici en el techo si la distancia desde el suelo hasta la parte más alta de la bicicleta es de más de 4 metros. Con un turismo normalmente no vas a tener problemas, pero sí los puede haber con una furgoneta o un todo terreno.
Comprar una bicicleta nueva no es la única forma de poder disponer de una. Hay servicios de alquiler municipales y privados o también puedes adquirir una bicicleta de segunda mano.
Comprar una bici de segunda mano
Comprar una bicicleta usada es una opción económica y sostenible, porque consigue ahorrarle al planeta la extracción de materiales, producción y transporte de un producto nuevo, además de evitar la generación de otro residuo más. Es una excelente opción además si tienes un presupuesto pequeño o si no tienes seguridad de que vayas a poder utilizar mucho tu bicicleta. Eso sí, es importante que la bici usada esté en buen estado.
Si la compras en tiendas online como Vibbo o Wallapop, pruébala y revísala bien antes de formalizar el pago. Una buena opción es comprar tu bici de segunda mano en tiendas especializadas que hacen una revisión de la bici antes de venderla, como en los “eventos Decathlon ocasión” donde un experto ayuda a valorar la bicicleta y ponerle un precio acorde con su estado, o en la plataforma Tuvalum especializada en bicicletas de segunda mano certificadas.
Bicicleta alquilada
En muchas ciudades existen ya redes de bicicletas públicas en alquiler: compruébalo en nuestro directorio de plataformas de bicis en alquiler. Sin embargo, esta no es la única posibilidad, pues también hay tiendas y servicios de alquiler privados que te permiten usar una bicicleta durante unas horas a cambio de un precio.
De esta forma te evitas tener que compra y mantener una bicicleta y, lo que a menudo es más complicado, tenerla guardada mientras no la usas. Como principales inconvenientes, por supuesto, que no siempre hay a mano un aparcamiento de bicis público cuando lo necesitas, ya que suelen estar concentrados en el centro de las ciudades. Por eso, desde OCU apostamos por la movilidad sostenible y esperamos que los ayuntamientos tejan una tupida red de bicicletas públicas y vías ciclistas seguras.