
No a los precios abusivos de medicamentos
No queremos medicamentos a precios que amenazan la salud y ponen contra las cuerdas a los sistemas sanitarios. Apoya nuestra reivindicación de unos tratamientos accesibles para todos.
Muchos nuevos medicamentos para tratar enfermedades graves o raras alcanzan precios desorbitados. Pueden llegar a convertirse en artículos de lujo solo al alcance de unos pocos. Si no hacemos nada para evitarlo, corremos el riesgo de que llegue un momento en el que los sistemas públicos de salud no puedan seguir financiándolos, deban racionarlos o tengan que recortar otros servicios y tratamientos para poder seguir sufragándolos. Cualquiera de estas opciones implica numerosos perjuicios para la salud de los pacientes y puede poner en peligro su vida. Esto nos parece muy grave, por eso desde OCU queremos que se acabe con los precios abusivos de medicamentos.
No queremos medicamentos a precios abusivos
Los elevados precios de determinados nuevos medicamentos son insostenibles para los sistemas sanitarios y perjudiciales para los usuarios. Es un problema general que nos afecta a todos y tiene graves consecuencias.
¿Terapias a precio de oro? No, gracias
Algunos ejemplos de precios notificados de nuevos medicamentos:
- Spinraza (para la atrofia muscular espinal), cuyo precio de venta del laboratorio o PVL asciende a 420.000 €, el primer año de tratamiento y 210.000 € cada año sucesivo.
- Kymriah (para la leucemia linfoblástica aguda y el linfoma difuso de células grandes B). PVL: 320.000 € por paciente.
- Yescarta (para el linfoma difuso de células grandes B y el linfoma primario mediastínico de células grandes B). PVL: 327.000 € por paciente.
Como vemos, son precios desorbitados, inasumibles por los sistemas sanitarios. ¿Quién establece esos precios?
Falta de transparencia y de competencia
Los laboratorios determinan el precio de los nuevos medicamentos en función de la disposición a pagar de los Estados y, supuestamente, una vez calculado su coste de investigación y producción. El problema radica, por un lado, en el secretismo y falta de transparencia que rodea la fijación del precio de los nuevos medicamentos y, por otro, en la protección que les otorga la legislación sobre patentes.
- Los gobiernos negocian a ciegas el precio de financiación de los nuevos medicamentos, pues carecen de la información necesaria para saber si el precio exigido es justo o abusivo.
- Las compañías justifican los elevados precios de sus medicamentos en base a la enorme inversión que deben realizar en investigación y desarrollo (I+D). Pero esto no siempre es así, y además, los laboratorios farmacéuticos consiguen desarrollar ciertos fármacos gracias a las inversiones públicas realizadas en I+D (el ejemplo más reciente lo tenemos con las vacunas contra la COVID-19).
- Una vez acordado el precio final de financiación y los descuentos las compañías farmacéuticas exigen que esa información se mantenga en secreto: el verdadero precio final, el que sale de los impuestos que pagamos entre todos, es confidencial. El resultado es que cada país de la UE e incluso distintas regiones dentro de un mismo país acaban pagando precios diferentes por un mismo medicamento.
- Los medicamentos nuevos gozan de la protección de la legislación sobre patentes que permite al laboratorio titular de la patente explotar de modo exclusivo el nuevo medicamento durante 20 años. Este sistema, que pretende recompensar y fomentar la innovación, impide que otros laboratorios puedan entrar a competir en el mercado con ese mismo producto, impidiendo de este modo una mayor oferta y una bajada de precios.
El sistema de patentes, que elimina la competencia, junto al secretismo en torno a los costes de I+D, impide que se negocien y fijen precios justos y sostenibles para los sistemas nacionales de salud. En OCU decimos no a los precios abusivos de medicamentos. ¿Nos ayudas a cambiar las cosas?
Apóyanos con tu firma en el formulario
Licencias obligatorias, ¿una solución?
La legislación sobre patentes contempla la posibilidad de que el Gobierno pueda imponer el uso de licencias obligatorias por motivos de interés público. Este mecanismo permite que un medicamento de primordial importancia para la salud pública, aunque esté sujeto a patente, pueda ser fabricado y comercializado por otra compañía en el territorio nacional. Esto tiene sentido en una situación como la actual, donde algunas compañías farmacéuticas amenazan con no cumplir los acuerdos de compra anticipada firmados con la Comisión Europea para garantizar el acceso y el suministro a las vacunas anti-COVID-19.
Qué quiere conseguir OCU
- Transparencia de los precios reales de financiación de nuevos medicamentos.
- Transparencia en los costes de investigación y desarrollo (I+D), incluidas las inversiones públicas realizadas en I+D, si las hubiera.
- Fijación de los precios de financiación de los nuevos medicamentos basados en los costes reales de I+D tanto públicos como privados.
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Poder recurrir al uso de licencias obligatorias cuando sea necesario y solicitar al Gobierno español que trabaje, en el seno de la Unión Europea, a favor de revertir la retirada voluntaria de sus países miembros de lo pactado en el artículo 31 bis del Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio
- Modificar la legislación de patentes aplicable a los medicamentos.
Si tú también piensas que es necesario un cambio de modelo de las patentes de los nuevos medicamentos y un mejor uso de los recursos económicos dedicados a la salud para que los sistemas públicos de salud puedan financiar todos los nuevos medicamentos, sin tener que recortar o eliminar otros servicios sanitarios, apoya con tu firma esta reivindicación.
*Para poder disfrutar de las ventajas y servicios de la acción “No a los precios abusivos de medicamentos” el usuario debe formar parte del programa de simpatizantes OCU. Más información aquí.