Kits fotovoltaicos con batería

¿Qué ventajas ofrecen?
La luz acumula tantas subidas de precio que los kits fotovoltaicos se han vuelto más rentables que nunca. Pero no solo son más rentables por la factura de la luz, la tecnología también ha mejorado, aumentando el rendimiento de los sistemas y reduciendo el precio de los mismos.
Los kits fotovoltaicos con batería permiten que te desvincules totalmente de la red eléctrica. Sin embargo, resulta necesario que la vivienda disponga de un sistema de apoyo para cubrir las necesidades durante los días con menos luz o cuando se precisa una mayor cantidad de energía; especialmente durante los meses de invierno. La opción más frecuente y más económica es disponer de un grupo electrógeno de gasóleo, aunque existen alternativas más sostenibles como un pequeño molino de viento.
Nuestra recomendación, en cualquier caso, es que solicites la visita de un instalador autorizado para que estudie las condiciones concretas de tu vivienda y consumo. Un profesional es el más indicado para asesorarte sobre las necesidades de tu casa y poner a punto el kit fotovoltaico. Cuando ya esté instalado el sistema asegúrate de que tienes los manuales y la declaración de garantía de los componentes, así como las explicaciones de funcionamiento necesarias.
Para poner en marcha un kit fotovoltaico, como hemos dicho, no será necesaria la conexión a la red eléctrica si dispone de batería. Eso sí, recuerda que tendrás que disponer de un sistema alternativo de apoyo.
Estos son los principales componentes de un sistema solar con batería:
- Panel solar: Debe tener la potencia necesaria para cubrir las necesidades básicas de la vivienda (red doméstica). De media, una familia española tipo consume 3.500 kWh. Esto representa una potencia de 2 kWp, que tendrían que repartirse en 8 paneles, con una superficie de unos 13 m2, aproximadamente.
- Regulador: Se suele comercializar junto a la batería y sirve para gestionar el flujo de energía que se deriva al consumo directo y el que se almacena en la batería.
- Inversor: Convierte la corriente continua de los paneles solares en corriente alterna, para que pueda utilizarse en la vivienda. Es imprescindible que la potencia cubra, como mínimo, un tercio de la de los electrodomésticos y aparatos que tengamos enchufados en casa.
- Red doméstica: Representa el consumo energético de nuestra vivienda (electrodomésticos, iluminación y, en caso de haberlos, la calefacción y/o el aire acondicionado eléctricos).
- Batería: Fija la cantidad de almacenamiento de energía. Resulta fundamental que la capacidad de la batería pueda adaptarse a las horas de luz anuales del municipio, lo que variará de una comunidad autónoma a otra.
El Real Decreto 900/2015 regula el autoconsumo energético en España desde octubre de 2015. Dicha legislación, cuestionada por amplios sectores de la sociedad y de la política, impone los llamados “impuestos al sol”.
Existen dos tipos de autoconsumo energético definidos: el autoconsumo de tipo 1 o suministro con autoconsumo y el autoconsumo de tipo 2 o producción con autoconsumo.
Mientras que el autoconsumo de tipo 1 corresponde al consumo propio, no dado de alta en el registro de producción y conectado en el interior de la red del consumidor, el autoconsumo de tipo 2 sí debe inscribirse en el registro de producción.
La presión ciudadana en contra de la normativa reguladora, por lo menos, consiguió que las instalaciones de menos de 10 kW, las que corresponden a la mayoría de los kits fotovoltaicos para autoconsumo, quedaran excluidas de los “impuestos al sol”. El problema es que solo es una medida transitoria. Hay una cierta incertidumbre sobre qué puede ocurrir en el futuro. Un futuro completamente marcado por la voluntad de la mayoría parlamentaria y del Gobierno de turno.