En septiembre de 2017 adquirí en El Corte Inglés una televisión LG modelo 49UJ670V cuyo precio fue de 750€. Tres años después, la pantalla ha empezado a fallar y aparecen líneas horizontales, sin haber recibido ningún tipo de golpe ni percance. La llevé al servicio técnico oficial que me indicaron en Atención al Cliente de la marca, que está ubicado en Leganés. Hecho el diagnóstico, el presupuesto de la reparación es de 350€ y no entra en garantía, al haber vencido los primeros 2 años. El propio Servicio Técnico me ha indicado que no es habitual este tipo de fallo en un televisor tan nuevo (no tiene ni 3 años y medio) que además no ha recibido ningún golpe que pueda provocar este error. He aceptado el presupuesto de reparación porque la otra opción es tirar a la basura el aparato.Cuando me he vuelto a poner en contacto con LG para contarles el caso y solicitar algún tipo de responsabilidad o aporte económico por parte de la marca, me han dicho que no se hacen cargo de nada. Tengo que hacer frente a una reparación carísima por un defecto en un producto que es prácticamente nuevo y que el propio servicio técnico de la marca me dice que es muy raro. Básicamente, LG me está diciendo que mala suerte, y el resultado es tener que pagar una reparación equivalente al 50% del precio original de compra.He investigado y mi caso no es el único. Multitud de clientes se quejan de estos fallos en la pantalla de los televisores de esa serie. Estoy convencido de que es un error de fábrica que se manifiesta, casualmente, cuando ya ha vencido la garantía. No es justo ni razonable que el consumidor asuma una reparación tan onerosa por culpa de un producto evidentemente defectuoso. Por esta circunstancia, solicito que LG España de haga cargo del importe de la reparación o de una parte importante para que el perjuicio al cliente sea lo menor posible.
