Firmé mi contrato de arrendamiento con Solvia el 30 de Noviembre de 2021, y no pude mudarme hasta mitad de Febrero, ya que la mala instalación eléctrica no permitía la instalación de contadores y, por lo tanto, el alta de la luz.
Me dirijo a ustedes para presentar una reclamación formal por los siguientes motivos:
1. Fianza no devuelta: Se me ha retenido la fianza de 700 euros, alegando un impago correspondiente al mes de febrero de 2022. No obstante, conforme al contrato (cláusula tercera), los dos primeros meses (diciembre 2021 y enero 2022) eran gratuitos, y no pude ocupar la vivienda hasta el 16 de febrero de 2022 debido a la ausencia total de instalación eléctrica y contadores, elemento indispensable para la habitabilidad del inmueble. Esto incumple lo establecido en la cláusula segunda del contrato, donde se declara que la vivienda se encuentra en condiciones aptas para ser habitada desde el inicio.
2. Coste de instalación eléctrica asumido indebidamente: Como arrendatario, me vi obligado a gestionar la contratación eléctrica desde cero, incluyendo la instalación y activación de los contadores, por un coste aproximado de 200 euros, que afronté personalmente. Estas tareas correspondían al propietario, ya que constituyen parte de la infraestructura básica del inmueble, y no del suministro ordinario previsto a cargo del inquilino.
3. Cambio de titularidad sin consentimiento: Al finalizar mi contrato y preparar la baja del contrato eléctrico para solicitar la devolución de los costes de instalación, Solvia procedió a cambiar unilateralmente la titularidad del contrato con Endesa, impidiéndome recuperar el importe invertido, lo que supone un perjuicio económico directo.
Por otra parte, deseo dejar constancia de que desde el momento de la firma del contrato me he comunicado de forma constante con Solvia para que resolvieran los problemas de habitabilidad del inmueble.
Desde el 17 de diciembre de 2021 he abierto varios expedientes con Solvia, siendo este el primero relacionado con el problema de la electricidad. Tengo los números de todos los expedientes abiertos, lo que demuestra mi voluntad de resolver la situación sin confrontación. Sin embargo, las respuestas de Solvia han sido tardías, ineficaces o inexistentes, forzándome a asumir los costes y gestiones que les correspondían como arrendadores.
Adicionalmente, dejo constancia de que la vivienda fue devuelta en perfectas condiciones, incluso mejores que las iniciales, hecho del que existe grabación de video como prueba.
