El día 20 de noviembre, por la mañana, recibí un trato absolutamente inaceptable en el servicio de atención al cliente de IKEA Hospitalet. La actitud de la persona que me atendió fue no solo despectiva y agresiva, sino también humillante. A continuación, detallo los hechos con la esperanza de que se tomen medidas correctivas.
Tuve que acudir a IKEA debido a que una puerta de un producto que adquirí hace tres años se rompió. Comencé mi gestión en el servicio de cocinas, donde, amablemente, localizaron mi pedido e imprimieron la información sin inconvenientes. Me indicaron que, dado que había pasado más de un año desde la compra, me dirigiera al servicio de atención al cliente para solicitar una copia del ticket de compra, ya que los electrodomésticos tienen una garantía de 5 años.
Seguí esas indicaciones y me dirigí a atención al cliente. Cuando me tocó el turno, una trabajadora de mayor edad me atendió de manera completamente inadecuada. Al explicarle que venía del departamento de cocinas a solicitar una copia del ticket, me recriminó agresivamente en más de 10 ocasiones, asegurando que si no tenía el ticket, era mi problema. Me dijo que lo que me habían informado en cocinas era falso y que era mi responsabilidad como cliente saber que IKEA otorga 25 años de garantía en sus cocinas.
Intenté explicarle en repetidas ocasiones que no tenía conocimiento de esa política y que lo único que solicitaba era una copia del ticket para poder gestionar la intervención del técnico. Sin embargo, su actitud fue cada vez más hostil, subiendo el tono de su voz de manera innecesaria y agresiva.
Ante esta situación, le pedí que si no iba a ayudarme, me remitiera a su supervisora. En ese momento, aparecieron dos mujeres que, en menos de cinco minutos, tras revisar los documentos que les había proporcionado, me entregaron la copia del ticket de compra.
Sin embargo, la empleada seguía recriminándome por no haber guardado la factura. Fue entonces cuando una de sus compañeras le explicó que, dado que el importe era inferior a 3.000€, no era obligatorio entregar factura. La situación escaló aún más cuando la trabajadora continuó subiendo la voz, hasta que una de sus compañeras le indicó que se retirara, asumiendo ella misma la gestión de la situación.
La mujer que se acercó, asumo que era supervisora, me informó de forma tajante que ella estaba allí para defender a su equipo. Ante esta afirmación, le pregunté quién defendía al cliente de un trato tan humillante y poco profesional. Mientras hablaba con ella, la empleada agresiva continuó insistiendo en que era mi culpa no tener el ticket y, en un acto completamente inapropiado, llamó a seguridad.
Al ver que seguridad se dirigía hacia mí, me sentí completamente indignada. Quiero dejar claro que en ningún momento, y repito, en ningún momento, mi comportamiento fue inapropiado; simplemente solicité lo que me correspondía: una copia del ticket de compra. Resulta lamentable que, en lugar de gestionarse la situación de forma correcta, se me tratara como si fuera la culpable y se recurriera a la intervención de seguridad. Afortunadamente, las compañeras de la empleada agresiva hicieron retroceder a seguridad.
Este tipo de trato es completamente inaceptable y, a mi parecer, refleja una falta de formación y profesionalismo en el equipo de atención al cliente de IKEA Hospitalet. Exijo una revisión del comportamiento de la persona que me atendió, así como una explicación sobre cómo se manejan estas situaciones en su establecimiento.
Espero una respuesta rápida y satisfactoria, ya que considero que mi queja es completamente justificada.
