Hola, realice un crucero el 16/07/2023 al 23/07/2023 por el Mediterraneo a bordo del costa Toscana, en dos camarotes, uno de ellos adaptado para personas con movilidad reducida. Ya en el embarque en Barcelona el dia 16 nos encontramos una gran masificación, la falta de profesionalidad de la persona que nos realizo el embarque en el mostrador de atención fue notoria. Al embarcar nos dirigieron hacia el único restaurante que estaba disponible para comer(Buffet) habiendo en teoría seis restaurantes disponibles en mi contrato, no dándome opción a elegir restaurante. Al dirigirnos a todos al mismo restaurante las colas y la cantidad de gente fue impresionante al igual que la calidad y variedad de la comida dejaba mucho que desear, era imposible sentarse con tranquilidad, incluso nos costo encontrar una mesa para cinco. Pensamos que seria cosa del primer dia pero mas lejos de la realidad todo este caos fue en aumento. Restaurantes que eran para comer a la carta e incluso en su app así lo describían nos los encontrábamos o cerrados o eran Buffet, y estos estaban masificados, con largas colas para poder servirte. Muchos bares eran de pago y los que no lo eran estaban hipermasificados. Las bebidas calientes, en botellas de plástico abiertas a lo largo del día con lo cual la bebida con gas era un auténtico asco, expuestas en la barra a pleno sol pudiendo provocar cualquier tipo de intoxicación. En el bar de la piscina no disponían de cocteles sin alcohol teniendo que bajar 10 plantas para conseguirla, el café lo mismo etc.En ningún momento se nos informo que con el paquete todo incluido no se disponía de agua ilimitada, solo 7 botellas de medio litro, es decir una por día, pero es mas mi hija al ser menor no disponía de ninguna.El personal de bares y restaurante, estaba tan saturado que a veces resultaban bordes, y al no hablar prácticamente ninguno español todo se complicaba. Al ser mas de la mitad de los bares de pago todos nos concentrábamos en los mismos sitios. A la hora de las comidas y cenas, la fila para pedir bebida era un suplicio, con esperas de mas de 20 minutos para conseguir una cerveza. La comida aunque fuera Buffet era servida por ellos en el mostrador, y las colas para un simple filete lo mismo rozaban la media hora y si pedias mas de un filete, por ejemplo, te miraban mal, o como en mi caso un día pedí 10 pinchos ya que éramos 5 y me dijo que eran muchos. En las cenas a la carta nos hemos llegado a tirar 2 horas, ya que entre plato y plato podían tardar 25 minutos, y para echarte la bebida lo mismo, te llenaban la copa de agua hasta la mitad y tenias que estar pidiendo agua a cada momento.En resumen en general la calidad de la comida ha sido deplorable, tiempos de espera interminables tanto para comer, beber etc empleando gran tiempo de nuestras vacaciones en colas debido a la masificación. Así mismo no hemos podido disfrutar ni de piscinas, ni de jacuzzi ya que en todos estaba superado el aforo permitido y los jacuzzis llenos de niños pequeños cuando pone un cartel de solo mayores de 16 años. En algunos casos contamos hasta 20 niños, de esto informamos a la gente que estaba por allí y se rieron diciendo que no les hacían caso que no podían hacer nada que llamara a recepción. En recepción cuando teníamos algún problema nos remitían a los anfitriones de habla hispana Andres y Lola que estaban a partir de las 19h. Así que de los problemas del día no podiamois dar queja hasta las 19h aunque fueran las 10 de la mañana. En dos ocasiones fuimos para presentar reclamación, de la cual ni nos dieron copia, tampoco disponían de hojas de reclamaciones, simplemente tomaban nota en un ordenador y su contestación fue que ya sabían que estaba masificado pero no podían hacer nada, y tomaban nota, nos dieron un numero de expediente. Perdi mas de dos horas en llamar a recepción y no cogian el telefono, luego fui a recepción y después de otra interminable fila me remiten a las 19h a estas dos personas que no daban soluciones, así que de unos a otros nos hemos pasado la semana de vaciones en filas .Hicimos una excursion a Roma contratada con Costa, el día 20 de julio, Roma reina de las aguas.En la plaza del Vaticano mi suegra con casi 80 años sufre un golpe de calor y empieza a sentirse mal, el autobús estaba cerca, y le pedimos a uno de los guías que si podíamos llevarla al autobús para que se sentara allí y que con el aire acondicionado se recuperara. Nos comenta que es imposible y que ya solo quedan cinco minutos para irnos, cosa que no entendemos ya que al haber dos guías uno nos podían acompañar y el otro quedarse con el grupo, aun así acatamos su decisión. A la hora de la reunión de todo el grupo para ir al autobús hay dos personas que no aparecen y se les espera durante mas de 25 minutos, uno de los guías se va a buscarlos, montándolos en otro autobús y después de media hora de retraso nos llevan a nuestro bus para ir al barco, sin ningún miramiento a una persona mayor y si a dos que estaban de compras.Un día fui a una actividad y tampoco hablaba nadie español con lo cual no pude disfrutar de ella.Lo mas grave sucedió en Marsella el día 22. Después de visitar la ciudad al pasar el control para ir a embarcar, al ser yo invidente voy con un bastón, ademas tengo problemas en una pierna por lo cual tengo movilidad reducida, el cual me hacen dejar en el escáner para pasar el arco. Nada mas pasar el arco habia una columna y mi mujer que estaba al lado me advirtió de ello y aun así casi me di con ella, al alejarnos unos metros oimos unas risas y al girarse mi mujer y mi hija vieron como personal de Costa y dos policías me estaban imitando dándose con la columna y riéndose. Al subir al barco intente hablar con alguien para identificarlos pero no hablaban español, así que me remitieron a las 19h, y ya era imposible saber quien fue. Me sentí humillado, vejado, y una impotencia terrible. Esto fue la ultima gota para una vacaciones de infierno. No hemos disfrutado nada
