Visité PortAventura el pasado fin de semana y, en general, la experiencia fue muy positiva. El ambiente del parque, las atracciones y la atención del personal en los distintos puntos fueron excelentes. Quiero destacar lo increíble que es Furius Baco y lo bien cuidado que está el parque en general.
Sin embargo, tuve un incidente que empañó esta visita y que considero necesario compartir. El viernes, en la atracción Furius Baco, mi móvil se cayó por mi descuido (lo reconozco), pero rápidamente fui a atención al cliente y rellené la hoja de objetos perdidos. Gracias a la app “Buscar” de iPhone, logré indicar el lugar exacto donde se encontraba el móvil, en una zona concreta de la atracción.
Teóricamente, el equipo de mantenimiento realizaría una batida para recogerlo junto a otros objetos caídos y llevarlo al punto de objetos perdidos. Hasta aquí, todo parecía seguir su curso, pero a las 8 de la mañana del sábado me doy cuenta, a través de la app, de que la ubicación de mi móvil había cambiado de forma extraña: ahora estaba en la zona de las lanchas, incluso dentro del agua, lo cual ya me pareció raro.
Más tarde, alrededor de las 5 de la tarde, mi padre recibió una llamada de los Mossos d’Esquadra de Cambrils indicando que tenían mi móvil. No entendía cómo podía estar allí si la ubicación seguía apuntando al parque. Para recuperarlo, tuve que tomar un taxi desde PortAventura hasta la comisaría, gastando 70€ en total, perdiendo asi encima toda la tarde ya que el transporte público en la zona es limitado y me habría tomado al menos cuatro horas ir y volver.
Cuando recuperé el móvil, descubrí que no tenía ni la tarjeta SIM ni la tarjeta de la habitación del hotel, que había dejado en la funda. Todo indicaba que un miembro del personal de mantenimiento había intentado quedarse con mi móvil, pero, al darse cuenta de que podía ser rastreado, decidió entregarlo (o hacerlo llegar a un conocido) a los Mossos d’Esquadra.
Al regresar al parque, fui a atención al cliente para explicar la situación y pedir hablar con un supervisor, lo cual fue imposinle, entiendo que los empleados de atención al cliente no son responsables de lo ocurrido, pero necesitaba expresar mi malestar y solicitar explicaciones sobre cómo uno de los miembros del equipo de mantenimiento podría estar involucrado en un intento de robo. Les proporcioné detalles sobre las horas y ubicaciones exactas, ya que entiendo que podrían tener cámaras de seguridad en la zona que ayudarían a identificar al responsable.
Además, presenté las facturas de los taxis para demostrar los inconvenientes económicos y de tiempo que este incidente me había ocasionado haciéndome perder dinero y toda la tarde, más allá de la responsabilidad inicial que asumo por haber perdido el móvil. Lo más frustrante no fue que el móvil se cayera, algo que fue mi culpa, sino el intento de robo por parte de un empleado encargado precisamente de recoger esos objetos perdidos.
Aunque puse una reclamación formal, considero que este tipo de situación debe conocerse de forma pública para prevenir que algo similar le ocurra a otro visitante. La experiencia general fue buena, pero este incidente es inaceptable y espero que PortAventura tome las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los objetos perdidos de sus visitantes.
