El pasado domingo 23 de julio pasé uno de los días más largos y agotadores de toda mi vida. Llegué a la estación de Joaquín Sorolla a las 8:50 dispuesta a coger un tren destino a Córdoba que salía a las 9:15 y de ahí uno a Granada para llegar a las 15:00 a comer allí .Nada más llego a la estación anuncian un retraso de una hora. A esperar toca. Llegan las 10:15 y pasa a poner retrasado a las 10:45. Y después 11:15 y 11:45 y 12:15 y 12:45 y 13:15... Y llegados a ese momento con un calor de mil demonios, cansada por haber dormido mal y llevar allí tantas horas, y mucha hambre, nos mandan a la estación del norte, y nos meten en un cercanías rumbo a... ¡Albacete! Llegamos allí a las 16:00 y tras hora y media de espera, acinadas cientos de personas esperando solución, sin que nos comuniquen nada ni nos informan, nos anuncian de repente de que nos vamos a.... ¡Madrid! Te preguntarás ¿si vas al sur a Madrid pa qué? Tampoco sé qué narices hacíamos en Albacete, porque en ningún momento, nadie, NADIE, nos informa de nada.Llegamos a Madrid, tras sus correspondientes dos horas más y llegamos a la estación de Chamartín a las 19:30. En el tren nos informan de que todos los destinados al sur hemos de coger un cercanías a Atocha, pero al llegar, nadie nos espera, nadie nos dice donde ir, no sabemos cómo resolver el problema y nos sentimos mareados y deambulantes como pollo sin cabeza. Y una vez en Atocha, nos esperaba el esperpento máximo.En Atocha nos dicen que nos mandan a Sevilla. Yo les informo que yo quiero ir a Granada, no a Sevilla y al principio me dicen que no, que si tenía billete a Córdoba me voy a las 21:00 a Córdoba. Yo, hambrienta y agotada le digo que si desde Valencia era la única combinación posible pues lo entiendo, pero que yo no he pedido ir a Madrid, así que quiero ir a Granada, porque si llego a Córdoba de madrugada ya no tendré opción de llegar a Granada ese día.Protestas, intercambios de palabras y muchos nervios después, al final me dan un billete ¡a Málaga! para que pare en Antequera y allí nos ponen un taxi a Granada. Somos 6 las personas a Granada: un par de extranjeras, una pareja con un niño pequeño y yo. En Atocha cuando nos atienden por fin son las 21:17 y el embarque es a las 21:30, salimos corriendo, hambrientos y a nadie se le ocurre ofrecernos nada para comer.Me compro un bocadillo infame (de los peores que me he comido pero que me salva la vida). 7,50€, adjunto el resguardo porque me parece indignante haber tenido que comprármelo de mi propio bolsillo.Llegamos a Antequera y nos vamos las 6 personas en el taxi. Lo único bueno, que el taxista esperaba en la puerta, es lo único bien gestionado de toda esta odisea. Pero llegamos a Granada y vemos que no nos pregunta dónde vamos así que empezamos a intercambiarnos miradas. Efectivamente, nos dejan en la puerta de la estación de Granada que está cerrada y donde no hay un alma a la 1:30, y cuando preguntamos que cómo vamos a llegar a nuestras ubicaciones nos dice ¡¡que llamemos a un taxi! Le preguntamos si nos puede llevar él ya que está allí y nos dice que no, que él se vuelve. Flipante. Tengo el ticket del taxi.Llego al apartamento alrededor de las dos de la mañana. 17h para hacer el trayecto Valencia – GranadaY por si la cosa no fuera ya de risa, el miércoles por la tarde regresaba a mi ciudad. Y el ave Granada- Madrid empieza con incidencias, tantas, que al final llegamos 45 minutos tarde. Por megafonía nos indican que no nos preocupemos que tenemos enlace garantizado y que los trenes esperarán nuestra llegada (JAJAJAJAJAJAJAJAJA) . Llegamos a las 19:35 (nuestro tren salía a las 19:25 y efectivamente ya no está). Conseguimos después de preguntar a varias personas que alguien nos atendiera. Y una señora muy poco amable me dice que en mi caso, si quiero viajar a Valencia, he de comprarme un nuevo billete. ¿Perdonaaaaaaa? Me dice que mi billete no es integrado y que como son dos billetes si pierdo el enlace Renfe no me garantiza nada. Pido la hoja de reclamaciones y cuando ya la iba a rellenar, temblando de rabia e impotencia tras indicarles lo pasado ese mismo domingo la persona a la que llaman para ver qué pueden hacer con el resto de pasajeros les comenta simplemente que hay otra persona sin billete integrado (sin mencionar lo del domingo ni nada) y le dicen que adelante. Mis compañeros y yo nos cogimos de nuevo un cercanías a Chanmartín, esperamos pacientemente hasta las 21:00 que salía el tren y a las 23:03 (que no a las 21:20 como debería) llegué a mi ciudad, agotada, desgastada, frustrada y llena de impotencia por no entender cómo podían las cosas gestionarse tan mal.Los billetes los reclamaré en la taquilla porque acabo de enterarme que si quiero mi dinero de vuelta he de ir a ventanilla. Y que además solo me devuelven el importe del primer billete de los dos que tengo por trayecto. Ahora bien, el dinero del taxi y del bocadillo también lo quiero de vuelta.Lo que no sé es cómo se puede compensar el descalabro físico y emocional (esta parte además os la he hecho llegar por correo) que este viaje ha supuesto para mí, porque es de absoluta vergüenza.Quedo a la espera de respuesta.Atentamente.Isthar Saldaña Torío
