El desperdicio alimentario a debate

Representantes de todos los sectores que conforman la cadena alimentaria nos cuentan su visión y sus medidas para evitar el desperdicio alimentario, un tema que desde OCU nos parece intolerable y por el que nos movilizamos para pedir una Ley a través de nuestra campaña “No Tires la Comida”.
El desperdicio de comida es un problema creciente
Firma y apoya No Tires La Comida
En España se tira aproximadamente un tercio de la comida que se produce. El desperdicio de comida es un problema de gran impacto económico, social y ambiental. Los datos son alarmantes ya que entre un 30-50% de los alimentos comestibles acaban desechados. Además, según la Comisión Europea, España es el séptimo país que más comida desperdicia. Cada semana, van a la basura 1,3 kg de alimentos por hogar. Es en los hogares (42%) y en la industria alimentaria (39%) donde se generan más desperdicios. El resto provienen de restaurantes (14%), comercios y distribución (5%).
Desde OCU creemos que contar con los diferentes puntos de vista de los agentes de la cadena alimentaria implicados y proponer entre todos iniciativas y cambios es fundamental para disminuir el desperdicio en España y mejorar la gestión de los excedentes de los alimentos. Por estos motivos, y dentro de nuestra campaña “No Tires la Comida” hemos organizado el primer debate multisectorial en la sede del Consejo Económica y Social con representantes de supermercados, distribuidores, asociaciones de la industria, la administración competente, asociaciones de agricultores y pescadores, consumidores y ONG. El objetivo del debate es redactar un documento y trasladar las conclusiones de este encuentro a la administración para “tener más fuerza juntos”, como señala Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de OCU. Éstas son los puntos de vista y principales conclusiones, según los sectores participantes:
Fernando Burgaz, Director General de la Industria Alimentaria del MAGRAMA, nos recuerda que en los hogares españoles se desperdician 1,36 millones de toneladas y que “en la reducción del desperdicio de alimentos, todos somos imprescindibles”. Entre las líneas de actuación puestas en marcha por el Ministerio sobre la estrategia “+Comida, -Desperdicio”, Burgaz ha destacado la medición real de datos a través de paneles de desperdicios en los hogares; las campañas de divulgación; medidas como que los yogures dejen de tener fecha de caducidad; la colaboración entre asociaciones, como Bancos de Alimentos y la importancia de la innovación de los envases.
Álvaro Areta, Responsable Técnico de Economía Agraria en COAG, defiende los productos “feos y descalibrados” perfectamente aptos para el consumo. Areta afirma que el desperdicio alimentario es “un problema con tres vértices: ético-social, ambiental y económico” y afirma que “las principales soluciones son asumir responsabilidades, avanzar en la relación con el consumidor y sus demandas y mejorar la comprensión de todos los eslabones de la cadena”.
Paloma Sánchez, Directora de Competitividad y Sostenibilidad en FIAB, señala que el desperdicio es un problema global y que en los países desarrollados se produce más a nivel de consumo. Además, considera que la reducción de desperdicios es primordial para la industria de la alimentación, la información al consumidor es clave para evitarlos y que “todos somos parte de la solución”.
Ignacio García Magarzo, Director General de ASEDAS, afirma que la pérdida de alimentos de los supermercados sólo está entre el 0,2% y el 1% del total comercializado. García Magarzo considera que “el consumidor es el que debe liderar los cambios para evitar los desperdicios y que las asociaciones de consumidores juegan un papel muy importante a la hora de informar”. En lo que corresponde a su sector, García Magarzo piensa que las cadenas agroalimentarias tienen que ser coherente con los valores del consumidor para que planifique su compra de forma adecuada; deben minimizar las mermas y donar cada vez más y mejor.
Adela Torres, de Mercadona, piensa que “el desperdicio alimentario se produce en todos los eslabones de la cadena por lo que todos los agentes implicados deben asumir responsabilidades”. Además, Torres cree que es “importante conocer y mejorar cada proceso, minimizar al máximo las pérdidas o mermas que se producen y potenciar la donación”.
Ángel Franco, responsable de prensa de FESBAL, Federación Española de Bancos de Alimentos, explica el trabajo que realizan las entidades sociales que canalizan las donaciones y destaca los cinco puntos de referencia de su Federación: gratuidad, neutralidad, transparencia, profesionalidad y seguridad alimentaria. Franco piensa que la clave para disminuir el desperdicio alimentario “no es penalizar con leyes rígidas, sino concienciar a la sociedad”.
Gemma Trigueros, coordinadora de Alimentación de OCU, nos explica que “el 70 % de los consumidores reconoce que tira la comida porque no se organiza bien” y nos comenta las reglas de oro en el hogar: consumir primero lo que compramos antes. Asimismo, Trigueros señala que desde OCU “se debe enseñar a los consumidores a ser creativos para aprovechar las sobras; darles pautas para organizarse al comprar y mostrarles cómo no dejarse llevar por las ofertas, la estética del producto o los mensajes”.
Por último, los representantes de la familia OCU, integrada por José Ramón y Andrea, socios de la Organización de Consumidores y Usuarios, nos explican el tipo de acciones que ponen en práctica para evitar el desperdicio, tales como tener la nevera organizada, hacer listas de la compra o revisar la despensa antes de ir a comprar. Además, sugieren a los agentes implicados que no se realicen producciones por encima de la necesidad de los usuarios.
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En España se tira aproximadamente un tercio de la comida que se produce. El desperdicio de comida es un problema de gran impacto económico, social y ambiental. Los datos son alarmantes ya que entre un 30-50% de los alimentos comestibles acaban desechados. Además, según la Comisión Europea, España es el séptimo país que más comida desperdicia. Cada semana, van a la basura 1,3 kg de alimentos por hogar. Es en los hogares (42%) y en la industria alimentaria (39%) donde se generan más desperdicios. El resto provienen de restaurantes (14%), comercios y distribución (5%).
Desde OCU creemos que contar con los diferentes puntos de vista de los agentes de la cadena alimentaria implicados y proponer entre todos iniciativas y cambios es fundamental para disminuir el desperdicio en España y mejorar la gestión de los excedentes de los alimentos. Por estos motivos, y dentro de nuestra campaña “No Tires la Comida” hemos organizado el primer debate multisectorial en la sede del Consejo Económica y Social con representantes de supermercados, distribuidores, asociaciones de la industria, la administración competente, asociaciones de agricultores y pescadores, consumidores y ONG. El objetivo del debate es redactar un documento y trasladar las conclusiones de este encuentro a la administración para “tener más fuerza juntos”, como señala Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de OCU. Éstas son los puntos de vista y principales conclusiones, según los sectores participantes:
Fernando Burgaz, Director General de la Industria Alimentaria del MAGRAMA, nos recuerda que en los hogares españoles se desperdician 1,36 millones de toneladas y que “en la reducción del desperdicio de alimentos, todos somos imprescindibles”. Entre las líneas de actuación puestas en marcha por el Ministerio sobre la estrategia “+Comida, -Desperdicio”, Burgaz ha destacado la medición real de datos a través de paneles de desperdicios en los hogares; las campañas de divulgación; medidas como que los yogures dejen de tener fecha de caducidad; la colaboración entre asociaciones, como Bancos de Alimentos y la importancia de la innovación de los envases.
Álvaro Areta, Responsable Técnico de Economía Agraria en COAG, defiende los productos “feos y descalibrados” perfectamente aptos para el consumo. Areta afirma que el desperdicio alimentario es “un problema con tres vértices: ético-social, ambiental y económico” y afirma que “las principales soluciones son asumir responsabilidades, avanzar en la relación con el consumidor y sus demandas y mejorar la comprensión de todos los eslabones de la cadena”.
Paloma Sánchez, Directora de Competitividad y Sostenibilidad en FIAB, señala que el desperdicio es un problema global y que en los países desarrollados se produce más a nivel de consumo. Además, considera que la reducción de desperdicios es primordial para la industria de la alimentación, la información al consumidor es clave para evitarlos y que “todos somos parte de la solución”.
Ignacio García Magarzo, Director General de ASEDAS, afirma que la pérdida de alimentos de los supermercados sólo está entre el 0,2% y el 1% del total comercializado. García Magarzo considera que “el consumidor es el que debe liderar los cambios para evitar los desperdicios y que las asociaciones de consumidores juegan un papel muy importante a la hora de informar”. En lo que corresponde a su sector, García Magarzo piensa que las cadenas agroalimentarias tienen que ser coherente con los valores del consumidor para que planifique su compra de forma adecuada; deben minimizar las mermas y donar cada vez más y mejor.
Adela Torres, de Mercadona, piensa que “el desperdicio alimentario se produce en todos los eslabones de la cadena por lo que todos los agentes implicados deben asumir responsabilidades”. Además, Torres cree que es “importante conocer y mejorar cada proceso, minimizar al máximo las pérdidas o mermas que se producen y potenciar la donación”.
Ángel Franco, responsable de prensa de FESBAL, Federación Española de Bancos de Alimentos, explica el trabajo que realizan las entidades sociales que canalizan las donaciones y destaca los cinco puntos de referencia de su Federación: gratuidad, neutralidad, transparencia, profesionalidad y seguridad alimentaria. Franco piensa que la clave para disminuir el desperdicio alimentario “no es penalizar con leyes rígidas, sino concienciar a la sociedad”.
Gemma Trigueros, coordinadora de Alimentación de OCU, nos explica que “el 70 % de los consumidores reconoce que tira la comida porque no se organiza bien” y nos comenta las reglas de oro en el hogar: consumir primero lo que compramos antes. Asimismo, Trigueros señala que desde OCU “se debe enseñar a los consumidores a ser creativos para aprovechar las sobras; darles pautas para organizarse al comprar y mostrarles cómo no dejarse llevar por las ofertas, la estética del producto o los mensajes”.
Por último, los representantes de la familia OCU, integrada por José Ramón y Andrea, socios de la Organización de Consumidores y Usuarios, nos explican el tipo de acciones que ponen en práctica para evitar el desperdicio, tales como tener la nevera organizada, hacer listas de la compra o revisar la despensa antes de ir a comprar. Además, sugieren a los agentes implicados que no se realicen producciones por encima de la necesidad de los usuarios.