El pasado mes de enero de 2024 compramos un gato macho de la raza Britsh Short Hair en “Tienda Cachorro”.En primera conversación nos comentaron que el precio era de 950€ al tratarse de un gato de 4 meses de edad. Posteriormente, cuando fuimos a firmar el contrato, el precio indicado en el mismo era de 970€. Al comentarlo con la trabajadora nos indicó que se trataba de un error de entendimiento por nuestra parte, cosa que es totalmente incierta. Aún así, continuamos con la compra del gato. A los dos meses de estar en casa, llevamos al gato a un chequeo al veterinario, dónde nos confirmaron que no se trataba de un macho si no de una hembra.Nos pusimos en contacto con el establecimiento y únicamente nos ofreció la posibilidad de devolver al animal, con todo el problema ético y moral que ello supone.Desde la llegada a casa el animal ha estado apático, ha perdido 500 gramos de peso mostrando claras de señales de está enfermo.Tras varias consultas médicas, y tras una cantidad importante de dinero gastada en revisiones, el veterinario confirma que el gato está infectado de PIF, una enfermedad grave con muchas posibilidades de mortalidad.Nos es imposible ponernos en contacto con el establecimiento ya que no atiende a nuestras llamadas.El animal vino enfermo del criadero, para lo que aportaremos los informes pertinentes.La gestión y trato hacia a los animales y a las personas ha sido nefasta desde el primer día, traficando con animales enfermos y jugando con los sentimientos de la gente que los adopta.
