me dirijo a Vds. como DON RAÚL MUÑOZ ASTILLEROS, propietario de la vivienda sita en la calle Mar de Castilla, 28 de San Román de los Montes (Toledo), a los fines de reclamarles el cumplimiento del contrato suscrito entre las partes con fecha 1 de octubre de 2024, para la adquisición e instalación de una piscina modelo Galápagos en el citado inmueble.
La piscina fue instalada por esa mercantil con fecha 7 de noviembre de 2024, pero lo cierto es que mi principal, dos días después, contactó con Vds., a los fines de notificarles que la piscina contratada perdía agua. En fecha 19 de noviembre del mismo año, operarios de su empresa acudieron a la vivienda, informando al Sr. Muñoz que el problema podía ser del “skimmer”.
Tres meses después, en febrero de 2025, mi cliente encendió nuevamente la depuradora de la piscina y, tras una semana, comprobó que la misma había perdido un palmo de agua.
Esta circunstancia fue informada a la empresa instaladora, quien conminó a mi cliente a esperar, para comprobar si la pérdida tuvo su causa en un defecto en la instalación. En diez días, a la piscina únicamente le quedaba un palmo de agua; se vació casi completamente.
Tras reiteradas reclamaciones a su empresa, el día 22 de abril de este año, sus operarios contactaron nuevamente con mi patrocinado, para acudir a reparar la piscina; dos días después de la supuesta reparación, la piscina volvió a perder un palmo de agua.
A fecha de hoy, el problema persiste, sin que se haya ofrecido una válida solución al respecto; y ello, a pesar de los numerosos desperfectos provocados en el inmueble, por su mal hacer durante sus visitas (césped, hormigón, etc.); desperfectos que se cuantificarán al momento de su definitiva entrega y que, en su momento procesal oportuno, serán objeto de la correspondiente reclamación.
Sin otro particular y es espera de que cumplan con su obligación, les saluda atentamente.
Se solicita la reparación de todos los daños y del buen funcionamiento de la piscina, o resolver el contrato.
