Contratamos los servicios de alquiler de furgonetas con la empresa Petit Forestier el pasado mes de mayo 2024.
El contrato especificaba una duración de 60 meses a partir de la entrega del vehículo definitivo, remarcando que la cancelación de este contrato comporta una penalización de la mitad de los plazos pendientes. Se procedió a abonar una fianza de 3.450€.
Durante el mes de mayo, NO se nos entregó el vehículo definitivo. Se nos ofrecieron furgonetas de entre 110.000 y 252.000 km, viejas y destartaladas, que se cambiaron hasta tres veces en menos de 20 días, por averías, dejándonos a mitad de nuestras rutas de reparto.
Finalmente, cuando nos confirmaron que tardarían unos 12 meses en entregarnos la furgoneta definitiva, teniendo que aguantar furgonetas como las que nos habían dejado y averiado, decidimos que no queríamos continuar trabajando con ellos, ya que el contrato tampoco estaba activo, porque este especificaba que sería valido solo a la entrega del vehículo definitivo.
Nuestra empresa pagó todas las facturas recibidas de los servicios prestados de las tres furgonetas que se habían utilizado, y solicitamos la devolución de la fianza. Ni siquiera había pasado un mes desde el inicio de las relaciones con esta empresa.
Por su parte, PETIT FORESTIER nos denegó la devolución de la fianza de 3.450€ y nos reclama una indemnización de 34.500€ por la penalización de una furgoneta que ni siquiera está fabricada.
Nuestra empresa procederá a demandar a PETIT FORESTIER por negligencia profesional y mala conducta.
