Contraté a Electri.dasi (autónomo David Da Silva Rodríguez) para renovar por completo la instalación eléctrica de mi vivienda en Galicia, incluyendo la entrega del CIE. El trabajo comenzó el 7 de julio de 2025, con compromiso de finalizar en una semana, tras evaluación del técnico en terreno. Si bien se extendió un mes, durante el cual estuvimos sin luz y muchos días sin agua, nuestro mayor descontento y desconfianza radica en incumplimiento de boletín electrico y falta de respuesta, sumado a situaciones graves ocurridas durante el trabajo.
Se instalaron tubos externos pese a haber pedido desde el inicio que todo quedara empotrado. Lo reparó inmediatamente, pero en el entretecho escuchábamos malos tratos y un clima tenso, con quejas telefónicas y solicitud de ayuda a un familiar, a propósito de que la casa “era de piedra y estaba llena de cosas”, pese a que el trabajo se inició tras aceptación de las condiciones posteriores a la evaluación en la vivienda.
Varios desperfectos quedaron sin reparar hacia el final del trabajo (agujeros sellados sin cuidado, techo deteriorado que habían quedado de arreglar y no lo hicieron). Tuvimos que bajar las expectativas respecto de una zona que no habían cubierto y que sí estaba considerada dentro del acuerdo. Nos conformamos con tubos expuestos luego de un mes de mucho estrés y sensación de vulnerabilidad. No podíamos dejar el trabajo a medias y quedar sin electricidad, aun cuando nos sentimos vulnerables, abusados en nuestra confianza, tratando de colaborar para mantener un buen clima.
El CIE fue supuestamente enviado el 3 de agosto; a 8 de septiembre sigo sin recibirlo ni me facilitan número de comprobante, solicitado varias veces. Mis llamadas y mensajes son ignorados. Tampoco hay devolución del importe.
Durante el proceso también ocurrieron incidentes preocupantes: desaparición de una billetera dentro de un bolso en mi casa y daños intencionales en el vehículo estacionado afuera (los cables de tres focos fueron cortados, según confirmación del mecánico). Cabe señalar que vivo en un lugar rural apartado donde solo pasan vecinos y familiares con quienes tenemos muy buena relación. No puedo probar relación directa de estos hechos, puesto que no fueron presenciados, aunque estuve en mi casa durante la desaparición de mis documentos y ahorros. Por otra parte, el ataque al vehículo ocurrió dentro de los 30 minutos tras retirarse los trabajadores. La coincidencia temporal genera justa desconfianza.
Conservo factura y pruebas. Ante la falta de respuesta, me veo obligada a reclamar en instancias oficiales y a advertir públicamente.
