El pasado 2 de Mayo llevé a mi perro a una consulta de urgencias veterinarias por un dolor y secrección en el oído derecho. Tras revisarle con otoscopio, el veterinario determinó que había que sedarlo para extraer una espiga que había visto en el oído derecho. No midió la cantidad de sedante y al preguntarle si no pensaba hacerlo, contestó tengo la suficiente experiencia. No me ofreció firmar consentimiento informado. Al sedarle, no encontró tal cuerpo extraño en ese oído. Añade que en el otro oído sí tenía un pelo, pero no era el oído por el que yo llevaba a mi perro a la consulta, ni el cuerpo extraño era de un tamaño tal que generase dolor ni secreción. A pesar de haber realizado un método invasivo totalmente innecesario pues en ese oído no tenía la espiga por la que le sedó, me cobró la consulta (179€) y no realizó ningún seguimiento. No me entregó ningún informe que recogiese los procedimientos que había aplicado a mi perro. Pasada una semana acudí a su clínica para pedirle un informe en el que constase qué le había inyectado y en qué cantidades, y se mostró con una actitud altiva y defensiva. Me dio un documento escrito a mano en el que se describen dos medicamentos que me recetó, pero no consta la cantidad ni el nombre del que le inyectó él en la consulta. Publiqué un comentario en google describiendo lo sucedido para avisar a la comunidad de mi satisfacción con el servicio recibido y en respuesta recibí una carta de su abogada, advirtiéndome de que si no procedía a eliminar tal comentario, procederían a una reclamación judicial contra mi persona.
