Placas invisibles: la inducción que está y no la ves
Si estás reformando tu cocina y quieres aprovecharla todo lo posible, tal vez te interese poner una placa de inducción invisible, que te deja libre toda la encimera para usarla como superficie de trabajo. Descubre más sobre sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué es la inducción invisible?
Consiste en una placa de inducción similar a las tradicionales, pero que utiliza como superficie de cocción la propia encimera, que tiene que ser de material porcelánico con un espesor máximo concreto que indica el fabricante de la placa (suele estar entre 10 y 20 mm). Los mandos para manejar la placa suelen estar en una especie de mando a distancia o integrados en la encimera y pueden ofrecer las mismas funciones que una placa de inducción clásica. Algunos modelos también disponen de una app del móvil.
Para cocinar hay que utilizar unos recipientes de inducción especiales con unos salientes en la base. Si coloca una cacerola normal directamente sobre la encimera, el choque térmico entre los materiales podría terminar agrietando la encimera. Una opción para seguir usando tus cacharros normales es ponerles debajo unas rejillas llamadas distanciadores.
Espacio, limpieza, estética son sus encantos
Una placa de inducción invisible no se limita a mejorar la estética de tu cocina al no estar visible el clásico cuadrado negro de las vitrocerámicas, sino que también tiene ventajas que se refieren a la funcionalidad:
- Versatilidad y mayor espacio útil de encimera, ya que, cuando no se usa la placa de inducción, se puede usar la encimera que la cubre como superficie de trabajo.
- Más facilidad de limpieza, ya que la superficie es totalmente plana. En una placa de inducción sobre la encimera, los bordes son más complicados de limpiar.
- Seguridad: la superficie no alcanza nunca temperaturas muy altas y la placa se para cuando se retira el recipiente.
El precio, su maldición
Como suele ocurrir con casi todo, frente a las ventajas también hay algunas pegas. Estos son los principales inconvenientes de una placa de inducción invisible:
- Precio más elevado. Es el primer y principal inconveniente. Una placa de inducción invisible de cuatro fuegos para colocar bajo la encimera tiene un precio de partida que supera los 1.000 euros. Por esa cantidad, se pueden adquirir placas de inducción tradicionales de gama muy alta, con inducción flexible o gran tamaño. A esto tienes que añadir el precio de la encimera, pues el material porcelánico no es de los más baratos.
- Menor variedad de encimeras. Debes elegir una encimera de material porcelánico y no podrás usar otros materiales como granito, madera, cuarzo….
- Menor variedad de placas de inducción: el número de fabricantes y modelos es mucho más limitado.
- Coste de sustitución más alto: si se rompe la encimera, el coste de cambiarla es mayor que el de reemplazar el cristal de la placa. De todos modos, con una placa tradicional, también se puede romper la encimera en otros puntos.
- Mantenimiento o reparación más complicados, pues no se puede sacar la placa desde arriba, sino que hay que acceder por debajo de la encimera.
- Hay que usar recipientes especiales o distanciadores.
Para presupuestos amplios y espacios pequeños
¿Te compensa comprar una placa invisible? Si atendemos solo al precio y prestaciones, evidentemente no te compensaría el coste extra de una placa de estas características, ya que puedes encontrar placas de inducción tradicionales de mayores prestaciones por mucho menos dinero. Pero si el aprovechamiento total de la encimera es una prioridad y el presupuesto te alcanza, te lo puedes plantear. Y también, por supuesto, si quieres tener una cocina de cine que ya va a costar un dineral, porque el coste de la placa de inducción será un porcentaje muy pequeño del total.
Si al final optas por una placa de inducción convencional con superficie vitrocerámica, consulta nuestro comparador donde encontrarás las características y las puntuaciones en nuestra pruebas de muchos modelos, junto con sus precios en distintas tiendas:
