Unas estrategias globales especiales
Nuestras estrategias y las carteras recomendadas  que de ellas se desprenden llevan mucho tiempo entre nosotros. Sin embargo, no todas ellas son tan sencillas de llevar a la práctica, ni siempre es fácil saltar de una a otra en caso de que su perfil se vuelva más o menos defensivo o le llegue de golpe un dinero al que quiera dar otro cariz.
• En estas páginas le hablaremos de unas estrategias globales especiales por la sencillez que llevan consigo. Son estrategias integradas únicamente por dos fondos con las que, además, solo tendrá que sentarse y esperar. La idea pasa por comprar una combinación de esos dos fondos y luego dejar que los mercados financieros trabajen por usted. Así, apenas necesitarán de un pequeño mantenimiento de vez en cuando, reequilibrando los pesos solo cuando sea estrictamente necesario. Ni a la hora de confeccionarlas, ni luego para seguirlas, necesitará de conocimientos financieros. Fácil, ¿verdad?
Dos fondos, pero ¿cuáles?
A la hora de preparar su cóctel, sea cual sea su perfil como inversor, los dos ingredientes que creemos que no pueden faltar son un fondo de acciones y otro de obligaciones. Mientras que el primero será el que aporte el toque más picante a su bebida, el segundo dará el toque consistente que hará más agradable el trago. La mezcla dependerá del gusto de cada uno, es decir de que usted sea más o menos averso al riesgo.
• El propósito de mezclar acciones y obligaciones pasa por repartir el riesgo. Y es que en general acciones y obligaciones no suelen comportarse igual. Cuando unas caen, las otras pueden subir o bien caer menos. Y viceversa. Es más, las acciones siempre se mueven más bruscamente que las obligaciones, lo que se traduce en una mayor volatilidad que usted como inversor debe ser capaz de aceptar. Al incluir unas y otras en la misma cartera se suavizan las fluctuaciones. Al menos en teoría.
Cinco “nuevas” estrategias globales
Ya se lo advertimos. No existe una estrategia global ideal porque no existen dos inversores iguales. Cada uno tiene su propio horizonte de inversión y aversión al riesgo. De ahí que una buena cartera para usted no tenga por qué serla para su vecino.
• Llegados a este punto, no queda otra que simplificar tratando de ofrecer varias carteras en las que, de un modo u otro, se adapten a todos los inversores. Es en este marco en el que nos situamos para proponerle cinco estrategias globales adaptadas a cinco perfiles de inversión, pero en este caso con la novedad de instrumentarlas con solo dos fondos (o incluso solo uno): cartera más tranquila, tranquila, equilibrada, dinámica y muy dinámica. La única diferencia entre ellas reside en la ponderación que asignamos al fondo de acciones y al de obligaciones.
    
        
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             I. CARTERAS CON DOS INPUTS 
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             Perfil 
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             Acciones 
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             Obligaciones 
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             Más tranquilo 
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             0% 
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             100% 
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             Tranquilo 
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             25% 
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             75% 
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             Equilibrado 
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             50% 
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             50% 
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             Dinámico 
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             75% 
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             25% 
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             Muy dinámico 
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             100% 
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             0% 
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Y cinco reglas para elegir los fondos
El “asset allocation” o, en castellano, la ponderación asignada a las acciones y las obligaciones juega un papel fundamental en el devenir futuro de su estrategia. Pero también dar con los fondos adecuados. Comprar los fondos equivocados se traducirá tarde o temprano en un rendimiento de su cartera inferior a lo esperado. Y como no queremos andar cambiando inútilmente la composición de la cartera, ya que la idea es tratar de simplificar todo al máximo, es importante acertar. Nos hemos fijado en cinco reglas de oro para lograrlo.
• Una cartera amplia. Así pondremos el foco en fondos de ámbito global que inviertan de forma extensa, con el propósito de poder sacar partido de todas las tendencias de mercado, sin necesidad de tener que adivinar qué bolsa, divisa o temática lo harán mejor que la media. Apostaremos por una gestión pasiva con la que “asegurarnos” un rendimiento en línea al del mercado en cuestión, de hecho, vistos los resultados de los fondos de gestión activa frente a los de pasiva, mejor no arriesgarse en esta estrategia que busca la simplicidad.
• De capitalización, no de reparto. Preferimos los fondos que reinvierten automáticamente en sus carteras los ingresos que reciben de las acciones (dividendos) o las obligaciones (cupones). Esta reinversión crea un efecto bola de nieve al generar nuevos ingresos que a la larga beneficia al partícipe, además de tener una mejor fiscalidad.
• En euros. Si hablamos de fondos tradicionales preferimos los que tienen su valor liquidativo en euros y si son ETF los que cotizan en nuestra moneda. Evitamos así los costes de cambio de divisa en las compras y ventas, sin que por ello dejemos de estar expuestos a las fluctuaciones de las divisas en las que invierten los fondos.
• Costes bajos. Unas comisiones de gestión elevadas erosionan el rendimiento del fondo. Bajarlas resulta crucial.
• Accesibilidad. Los fondos escogidos han de estar fácilmente accesibles para el particular y, a ser posible, en condiciones ventajosas para nuestros socios.
Los dos elegidos
Con estas cinco reglas de oro en mente nos hemos puesto manos a la obra para tratar de dar con los dos fondos más adecuados. La tarea no ha sido sencilla, dada la inmensa oferta disponible para el particular, con más de 3.000 posibles fondos de acciones globales y unos 1.400 de obligaciones globales. O lo que es lo mismo, reducir a dos opciones las casi 4.500 alternativas disponibles en nuestro país. ¿Cuáles son?
Acciones globales
La dificultad aquí estriba en saber cómo de “internacional” ha de ser un fondo de acciones globales. La mayoría de estos fondos no tienen acciones de países emergentes en sus carteras, ya que se basan en el índice de acciones más popular, el MSCI World, que incluye solo 23 países occidentales. Más abarca otro índice, el MSCI ACWI, al incluir además 24 mercados emergentes. En cualquier caso, las diferencias entre uno y otro no son muy sustanciales: en la última dé-cada p.ej., el MSCI World sube un +10,9% anual medio y un +9,9% el MSCI ACWI. 
• Nosotros apostamos por el primero, ya que pensamos que las bolsas occidentales seguirán batiendo a las emergentes. Lo que se traduce también en un mayor sesgo hacia EE. UU., mercado que pesa alrededor del 70% en el MSCI World, frente al 60% en el índice MSCI ACWI. Pero vamos incluso un paso más allá al fijarnos en un ETF que no replica exactamente el índice MSCI World, integrado por unas 1.500 compañías, sino una variante de este que reduce la cifra a unas 700 compañías al incorporar criterios ESG, el MSCI World Low Carbon SRI Leaders. Aunque sin grandes diferencias, este índice lo hace ligeramente mejor en el último lustro, tendencia que podría prolongarse en el futuro. 
• El Xtrackers MSCI World ESG es el ETF elegido. Gestiona una cartera de unos 3.800 millones de euros, formada por las mayores empresas (occidentales) del mundo de entre las que consiguen controlar su huella de carbono y obtienen buenos resultados en otros criterios de sostenibilidad. Su carácter sostenible (artículo 8) no implica la exclusión de ciertos sectores, por lo que su cartera está muy bien diversificada. Las empresas estadounidenses (71%) son las protagonistas, seguidas de las japonesas (7%) y británicas (4%), con predilección por las tecnológicas (Microsoft, Nvidia), financieras (VISA, Mastercard) y farmacéuticas (Eli Lilly, Johnson&Johnson). En el pasado hace gala de una excelente gestión (a 5 años vista gana un +11,8% anual, frente al +9,4% del conjunto de acciones globales) y tiene unos costes muy reducidos (0,2% anual).
Obligaciones globales
Aquí la incógnita a despejar pasa por decidir entre invertir únicamente en deuda soberana o incluir también la corporativa. Nosotros preferimos una cartera mixta, con mejores resultados en el pasado que creemos podrían prolongarse en el futuro. En este caso, el ETF Amundi Index Barclays Global Aggregate  se ajusta como anillo al dedo. Su cartera solo incluye títulos de al menos 500 millones de euros, por tanto, muy líquidos, de emisores financieramente sólidos (empresas y Estados).
• Después de años con tipos bajo mínimos, el rally alcista de los últimos tiempos fue la gota que colmó el vaso de unos fondos de obligaciones que lucen números rojos. Este ETF en cuestión, p.ej. cede un 4,2% en el último año y un 0,2% anual en el último lustro. Sin embargo, creemos que la subida ha llegado a su fin o está cerca de hacerlo, lo que dibuja ahora un escenario propicio para ello, que el ETF de Amundi, con una duración media de su cartera de unos 6,5 años, puede exprimir. Además, la distribución entre deuda soberana (68% de la cartera) y corporativa (32%) nos parece bastante acertada en términos de diversificación. Por países, destaca la deuda estadounidense (39%), seguida de la japonesa (11%). También está presente la deuda pública emergente de países como China (10%). El tamaño de su cartera (2.300 millones de euros entre todas las categorías del ETF) garantiza el futuro a largo plazo de este ETF y es una ventaja añadida para los inversores, así como sus reducidos costes, de solo un 0,1% anual.
Si elijo los ETF, ¿dónde los compro?
Usted, como socio de OCU Inversiones, puede adquirir ambos ETF en Banco BiG sin comisiones de custodia, lo que le supondrá un suculento ahorro en el largo plazo frente a otros intermediarios que sí cobren por este concepto. Además, ambos están en euros, el Xtrackers MSCI World ESG (IE00BZ02LR44) en la bolsa alemana Xetra y el Amundi Index Global Aggregate 500m (LU1437024729) en la Bolsa de París o en Ámsterdam. 
Las aportaciones, ¿periódicas?
Por desgracia, los intermediarios bursátiles (Banco BiG, p.ej.) no ofrecen planes de ahorro con los que hacer aportaciones periódicas de forma automática. Por lo tanto, no le quedará otra que hacerlo por su cuenta y asumir en cada aportación los gastos inherentes a la compra de ETF que le cobre su intermediario. Escoger uno barato, como Banco BiG, puede suponerle muchos euros a su favor en el largo plazo. En cualquier caso, para diluir los gastos de entrada, le recomendamos que las aportaciones no sean inferiores a 3.000 euros. De ser necesario, es mejor ir ahorrando el dinero en una buena cuenta corriente antes que ir haciendo aportaciones periódicas de un menor volumen. La diferencia, incluso en un intermediario barato como Banco BiG, es notable: una aportación de 100 euros al ETF de acciones le supondría un bocado del 9% de lo invertido, porcentaje que se reduciría al 0,9% para 1.000 euros y al 0,3% de ser 3.000 euros. Téngalo muy en cuenta.
¿Y si no quiero ETF?
Puede ser que, p.ej. por motivos fiscales (desee aprovecharse del diferimiento fiscal de los traspasos entre fondos de inversión), usted quiera construirse su estrategia global valiéndose de un buen par de fondos índice tradicionales, bien gestionados y baratos. También los hemos localizado. Para la parte de acciones, puede optar por el Fidelity MSCI World Index P EUR Acc(IE00BYX5NX33). Y para la parte de obligaciones por el Carmignac Portfolio Global Bond F EUR Acc (LU0992630599). Ambos se venden en EBN Banco desde 2.500 euros. Puede consultar sus respectivas fichas detalladas buscándolos en el comparador de fondos
¿Alternativa al Metavalor Global?
El Metavalor Globales un fondo que desde 2010 siguió, con mayor o menor acierto, nuestra cartera Global Flexible. Pero su gestora ha decidido que ya no sea así. Algo que nos ha llevado a recomendar su venta.
• ¿Qué hacer con el dinero obtenido? Lo primero es plantearse su perfil y horizonte temporal de inversión. De querer seguir invirtiendo a largo plazo mantener las características que le llevaron a invertir en el fondo, usted puede seguir replicando la cartera Global Flexible a través de los diferentes fondos individuales que la integran. O bien, si quiere simplificar la operativa, construirse la cartera equilibrada con los dos inputs que le proponemos. Ambas opciones son interesantes, y complementarias.
¿Puedo tener varias carteras?
Por supuesto. De hecho, diversificar es una buena opción si tiene tiempo y ganas y es obligatorio si tiene diferentes objetivos en mente. Así, alguien con unos 40 años con mucho tiempo por delante hará bien en invertir solo en acciones. Puede seguir la cartera Experta en acciones, apostar por el Beka Optima Global e incluso combinarlos con la estrategia más dinámica a través del ETF de acciones globales. Pero si el mismo inversor quisiera también tener unos ahorros para los estudios de su hijo disponibles en unos 5 años, debería guardar este dinero en otro “apartado”, para lo que bien podría valerle p.ej. la cartera defensiva con ETF. 
¿Rentables? Manos a la obra
Con estos mimbres, nos hemos puesto manos a la obra para determinar, echando la vista atrás, cómo de rentables han resultado estas cinco estrategias globales simplificadas en comparación con todos los fondos y ETF que el particular puede comprar en el mercado español en cada categoría correspondiente. ¿Quiere saber los resultados? Consulte todos los detalles en nuestro análisis Rendimientos de nuestras estrategias sencillas con solo dos fondos