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El sueño de la propiedad
hace 5 años - viernes, 11 de mayo de 2018Todo el mundo sueña con hacer una buena venta y colocar el dinero de forma que nos reporte una rentabilidad garantizada por lustros.
Pocos cumplen sus deseos, pero los hay. Las entidades financieras están colocando miles de pisos a precios que no hubieran sospechado hace poco tiempo. Se quitan lastre para sus balances y hasta se permiten el lujo de obtener algún beneficio respecto de las provisiones que habían constituido. Y transforman al particular que se lo compra en cliente vinculado. Doble ganancia.
Quién gana y quién pierde
También la Administración ve cumplido este sueño. El incremento de ventas de inmuebles, unido a la parcial recuperación de precios alimenta las arcas impositivas (IVA, Transmisiones, Plusvalía). Y lo que es más importante, asegura una nueva fuente de ingresos estables para muchos años: IBI, tasas, consumo vinculado, expectativas de impuestos futuros…
Quien compra la vivienda cree estar cumpliendo su sueño. Adquiere un bien sólido, que puede tocar, que es suyo, que puede poner en alquiler para obtener una rentabilidad y que podrá algún día vender, seguramente con una jugosa ganancia. Esas son las expectativas, pero ¿qué hay de realidad?
Lo cierto es que el mismo día de la compra ya ha gastado como mínimo un 10% en impuestos y gastos. Sin contar con agencias. Dinero perdido. Y a partir de entonces suma y sigue en la cuenta de pagos: IBI, comunidad, suministros, tasas, seguro… El piso es un pozo sin fondo y mucho se tendrá que revalorizar para poder recuperar algún día el desembolso.
La propiedad no es lo que era
Una simple reunión de vecinos puede terminar en una nueva derrama. Y una inopinada decisión del político de turno puede dar al traste con nuestra idea de destinar el piso a alquiler para corta estancia, o de conservarlo para el uso de un hijo o familiar.
La propiedad es cada día más una ilusión. Conviene tratar con frialdad la cuestión de una posible compra. Y más a los altos precios que se exigen ahora en las grandes ciudades. Haga cálculos económicos y tome decisiones con precaución.