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¿Algún puerto seguro?

En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide.

En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide.

Publicado el  27 enero 2023
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En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide.

En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide.

En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide. Nuestra postura editorial.

En las inversiones rara vez hay un puerto seguro. No lo olvide

Asumir que sus inversiones valen ahora mucho menos dinero que meses atrás nunca gusta. Pero quien apuesta por las acciones sabe a lo que se enfrenta y más o menos tiene interiorizado que los números rojos, en ciertos periodos, son poco menos que inevitables. Ahora bien, el problema es que en esta ocasión no ha habido prácticamente donde esconderse y las pérdidas bursátiles han venido de la mano de enormes pérdidas también en los mercados de obligaciones (consulte nuestro análisis Sus inversiones en 2023: renta fija y acciones  ). Así, la deuda soberana estadounidense a 10 años, considerado el activo global más seguro, cerró su peor año desde hace más de dos siglos y se dejó en torno a una quinta parte de su valor en dólares USD. Pérdidas que incluso han sido algo mayores en la deuda homóloga española. Son muchos quienes han comprobado de primera mano, muy a su pesar, que la renta fija, ni siquiera la más solvente, es fija. No olvide la lección.

Solo si usted invierte directamente en obligaciones y las mantiene hasta su vencimiento se asegurará, salvo impago, una rentabilidad conocida de antemano. Pero si lo hace a través de fondos es otra historia. Hasta su vencimiento, el precio de las obligaciones fluctúa al compás de la evolución de los tipos de interés y si estos suben su precio caerá para que su rendimiento se ajuste al alza en línea con las nuevas rentabilidades exigidas. Con los Bancos Centrales marcando el paso con las subidas vertiginosas de tipos esto es lo que ha sucedido, lastrando la pata de obligaciones de los fondos. La cara de la moneda es que ahora el rendimiento potencial de las obligaciones es mucho más interesante que meses atrás y se abren nuevas alternativas a su alcance.

Para este año los tipos podrían seguir escalando algo más respecto a los niveles actuales, pero no esperamos aumentos agresivos. De ahí que las obligaciones podrían recuperar su papel de parachoques y volver a añadir una diversificación interesante a las estrategias de inversión con la vista puesta en el largo plazo. Además, con la subida de tipos que hemos vivido hay ciertas categorías que salen beneficiadas. Así, los fondos monetarios en euros, que llevaban años penando por el desierto, vuelven a estar en el disparadero (vea nuestro análisis Fondos monetarios en euros, interés creciente). Con ellos, sin asumir apenas riesgo, podría optar ahora a rendimientos de entre el 2,2% y el 2,5% anual. Algo que era impensable meses atrás y que supone una rentabilidad interesante para los inversores más conservadores o entre aquellos que temporalmente quieran tener el dinero a buen recaudo por un motivo u otro. Sería el caso p.ej. de que, estando a la espera de ejecutar nuevas operaciones, desee recoger transitoriamente las ganancias de aquellos fondos que sí se han revalorizado fuertemente en los últimos meses, como el AzValor Internacional. O incluso entre quienes vendan acciones individuales con jugosas ganancias, como las ganadoras de 2022 (Euronav, Exmar, Exxon, Chevron, Thales, CaixaBank, Sabadell…, vea nuestro análisis Acciones ganadoras y perdedoras en 2022).