Planificación fiscal
Un año más llega la hora de poner en práctica una serie de trucos fiscales gracias a los cuales podrá ahorrarse cientos de euros en impuestos en 2026. Pero no se equivoque. La clave para lograr tal fin no está en hacer cambios en sus inversiones a final de año deprisa y corriendo, sino en planificar adecuadamente su calendario fiscal para que no sea Hacienda quien marque su estrategia de inversión. Elegir qué pérdidas hacer visibles, qué ganancias repartir entre ejercicios, qué ingresos evitar o minimizar… es una sabia estrategia para evitar que su visita a Hacienda acabe provocándole un buen roto en el bolsillo.
Una planificación fiscal que pasa por repartir las ventas y evitar concentrar las ganancias a declarar en un solo ejercicio, amén de utilizar a su favor el juego de las compensaciones entre ganancias y pérdidas, siguiendo siempre las reglas establecidas y evitando caer en ciertas trampas -vendiendo y recomprando p.ej. “valores homogéneos” en el plazo vetado- que pueden jugarle una mala pasada. A grandes rasgos se trata de priorizar decisiones que aligeren esa declaración del IRPF que deberá presentar el año que viene y que, si usted es de los contribuyentes más pudientes, también le permitirán pegar un buen tijeretazo el Impuesto sobre el Patrimonio (IP) y sobre las Grandes Fortunas (ISGF). Y si usted es de los que tienen la vista puesta en la jubilación e invierte en productos con ventajas fiscales como los planes de pensiones, ándese ojo avizor con no superar los límites en sus aportaciones, y no se precipite cuando le llegue la hora de recuperarlos cuando cuelgue las botas.
En definitiva, el cierre de año no es un sprint de última hora, sino la última curva de una estrategia anual: minimizar la carga fiscal sin desviarse del camino tomado en su estrategia de inversión. Un camino que a menudo no es sencillo pues cada producto de ahorro e inversión cuenta con su propia fiscalidad. Por ello, desde OCU llevamos años reclamando una fiscalidad homogénea, simple y neutral para el ahorro y la inversión, que no penalice a quien diversifica ni obligue a elegir productos por su trato fiscal y no por su idoneidad. En esa línea se enmarca la propuesta de la Comisión Europea de creación de Cuentas de Ahorro e Inversión Europeas (SIA por sus siglas en inglés): un "contenedor" común para que los ciudadanos de la UE guarden e inviertan su dinero en productos como acciones, fondos, ETF, etc. diseñado para reducir las barreras a la inversión y mejorar la movilidad del dinero del pequeño inversor/ahorrador, pudiendo por ejemplo trasladar una cartera de acciones de una entidad a otra sin costes excesivos ni burocracia complicada. Como por el momento es solo una propuesta, hasta que llegue ¡planifique con cabeza!