Japón emprende un nuevo rumbo monetario

Qué hacer con sus inversiones en Japón tras la nueva política monetaria del país.
Cambios suaves
Con una inflación del 4%, el Banco de Japón nada a contracorriente manteniendo el precio oficial del dinero en el -0,1% y comprando de forma masiva deuda pública para mantener los tipos a largo en el 0%. Esta política, que crea tensiones financieras y económicas, podría tomar un nuevo rumbo el próximo 8 de abril cuando tome el timón del banco Central de Japón un nuevo gobernador, K. Ueda. Una apuesta por la renovación que abra el camino a una normalización monetaria y por ende alzas de tipos, pero del que no debemos esperar virajes bruscos.
· El proceso será largo para evitar que los tenedores de bonos sufran grandes pérdidas y para permitir que los prestatarios se adapten al final del dinero gratis. Esto es tanto más importante cuanto que la deuda pública nipona es gigantesca, más del 260% del PIB. Sin embargo, la perspectiva de menos compras de bonos públicos por parte del banco central no hace presagiar una crisis financiera. La deuda pública está financiada casi en su totalidad por entidades locales: el banco central, fondos de pensiones y bancos, que invierten en ella el dinero que los japoneses les confían. Y ahí está la paradoja. Japón está endeudado como ningún otro, pero es un país muy rico, siendo el mayor acreedor del resto del mundo. Incluso sin las compras del banco central, la subida de tipos será limitada.
Fin del rebote bursátil
La política monetaria extremadamente expansiva ha permitido que la bolsa japonesa se recupere. Un yen débil ha favorecido las exportaciones y sobre todo inflado mecánicamente los beneficios obtenidos en el exterior, una vez convertidos estos en yenes. Pero hoy, estas ventajas son pequeñas en comparación con los efectos negativos. Las empresas japonesas han trasladado la producción de productos de bajo valor añadido al extranjero, y un yen débil ya no es indispensable. Al contrario, aumenta el precio de las importaciones y dispara los costes de producción.
Activos indispensables
El final de la política monetaria expansiva de Japón no provocará una crisis financiera. Pero sí devolverá nuevos bríos al yen, actualmente muy infravalorado, y le permitirá recuperar su papel de valor refugio, perdido recientemente por el inmovilismo del Banco de Japón. Reduciendo el riesgo global de una cartera y ante la perspectiva de una revalorización significativa de la divisa, la renta fija nipona nos parece indispensable. Por otro lado, el fin de la política de tipos cero será beneficioso a largo plazo para la Bolsa de Tokio.
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