Análisis

Acciones para apostar por la alimentación y distribución

Dedicar una parte de sus ahorros a la alimentación y distribución es una buena manera de diversificar su cartera y, a la vez, minimizar el riesgo asumido.

Dedicar una parte de sus ahorros a la alimentación y distribución es una buena manera de diversificar su cartera y, a la vez, minimizar el riesgo asumido.

Publicado el  01 julio 2020
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Dedicar una parte de sus ahorros a la alimentación y distribución es una buena manera de diversificar su cartera y, a la vez, minimizar el riesgo asumido.

Dedicar una parte de sus ahorros a la alimentación y distribución es una buena manera de diversificar su cartera y, a la vez, minimizar el riesgo asumido.

Dedicar una parte de sus ahorros a la alimentación y distribución es una buena manera de diversificar su cartera y, a la vez, minimizar el riesgo asumido.
 
 

La alimentación, fiel a su carácter defensivo

En momentos de crisis como el actual solo aquellos productos básicos como los de alimentación, salud e higiene mantienen el favor de los consumidores. Y también de los inversores, que ven en la estabilidad de la demanda de estos negocios un puerto seguro en donde aparcar su dinero. Un sector que se adapta a nuestro enfoque actual de limitar los riesgos en una cartera de inversión.

El sector de la alimentación ha vuelto a hacer gala de su carácter defensivo en esta crisis sanitaria y económica originada por el coronavirus. Un periodo durante el cual  el conjunto de las bolsas mundiales perdieron de media un 30% de su valor, mientras que la caída media del sector de alimentación se limitó al 23%. Además de una demanda inflada por los acopios masivos, sus cadenas productivas, clasificadas como actividad económica esencial, siguieron funcionando casi con toda normalidad. Una ventaja que en muchos casos se tradujo por lo general en un mantenimiento del dividendo, todo un lujo en este 2020.

 

La distribución brilla con luz propia 

Si hay un sector que ha brillado durante estos meses de confinamiento ha sido el de la distribución. Se apunta de media un + 4% en lo que llevamos de año. Como intermediarias, estas compañías han sacado muy buen partido del impulso cobrado por sus ventas online, que hasta entonces representaban menos del 5% del total de su cifra de negocios. P.ej. la estadounidense Walmart ha visto cómo sus ventas online se incrementa-ban un 72%. Pero sin duda el motor de este buen hacer sectorial ha sido Amazon (con una revalorización en bolsa del+32%), el líder indiscutible del comercio online: sin este integrante, el desempeño del sector cae hasta el -9% en el año. 

La “nueva normalidad” 

El desconfinamiento avanza, pero el temor persiste. Y aún más ante la posibilidad de nuevas oleadas de contagios. En este contexto previsiblemente se mantendrá el ritmo de las ventas online así como la demanda de alimentos de calidad, versátiles y fáciles de consumir en casa. En este sentido, el consumo en los hogares puede ser visto como una oportunidad, tanto para seguir ganando cuota de mercado en lo que respecta al comercio online por parte de los supermercados ( (y mejorar a la larga la rentabilidad), como para introducir productos más rentables en las mesas de las familias. 
 

¿Rentabilidad amenazada?

No nos confundamos. El enquistamiento de un contexto de incertidumbre como el del coronavirus no es bueno para nadie. Incluso un gigante como Amazon decepcionó al mercado al anunciar los costes ligados a la pandemia. Los riesgos aumentan, el consumidor se empobrece y la inversión, de la que depende la capacidad innovadora de las empresas, germen para su crecimiento futuro, sufre. Tampoco hay que obviar que de la rehabilitación del sector turístico y del sector hostelero depende la venta de productos muy rentables para la industria. 

¿Una nueva crisis de alimentos?
La cadena productiva del sector no ha sido inmune a disrupciones durante el coronavirus. Los cierres de fronteras han dificultado la contratación de temporeros (inmigrantes) en varias regiones de Europa. Algunos países productores han suspendido sus exportaciones de alimentos durante el confinamiento y otros han inflado la demanda con políticas de acopio. Todo esto despierta el temor a que se produzca una subida de los precios de los alimentos, como la vivida en 2008. Si bien la FAO reporta en su informe de junio unos precios de los alimentos en ligero retroceso mensual (-1,9%) y sigue esperando una buena cosecha de cereales (+2,6% interanual, +2,2% en el comercio), también reconoce la fragilidad de la situación y exhorta a los organismos internacionales a asegurar la financiación de las próximas cosechas (2021-22). Por esta razón, nuestra apuesta se dirige siempre hacia empresas sólidas, innovadoras y diversificadas. Consulte nuestro comparador de acciones y nuestra estrategia Experto en acciones.

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