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No me protejan tanto
hace 13 años - miércoles, 19 de mayo de 2010
No nos protejan tanto |
Como consumidores y usuarios de un bien elemental como la vivienda vemos con buenos ojos la creciente sensibilidad de las administraciones para facilitar la satisfacción de esta necesidad. Diversas comunidades autónomas se han lanzado a legislar el derecho a la vivienda.
Es acertado tomar las riendas del problema y unificar actuaciones para acabar con la atomización normativa. Cada vez se prevén más planes supramunicipales y se crean registros únicos de demandantes de vivienda, en la línea de Cataluña y Galicia, más útiles que los registros municipales andaluces, por ejemplo, por permitir una mejor planificación global.
Pero una cosa son los fines y otra los medios. Queremos, necesitamos, que haya viviendas de calidad en el mercado, de distintas tipologías, para cubrir las necesidades de todos. Queremos, necesitamos, que sean accesibles para nuestros mayores y discapacitados. Pero ello difícilmente puede justificar un intervencionismo de la administración que, bajo la bandera de la función social de la propiedad, pone en peligro la propiedad a secas.
Pensemos en los siguientes ejemplos. La normativa catalana prevé el alquiler forzoso para los propietarios de viviendas desocupadas. Se nos dice que su aplicación se limitará a casos extremos, pero hecha la cobertura legal, ya entramos en la discrecionalidad de la administración para su aplicación. Querer regular por ley cuántas personas deben convivir en una vivienda o cada cuánto tiempo debemos visitarla para que no se considere vacía nos parece inquietante.
Por su parte, el Anteproyecto de Ley de economía sostenible prevé que la administración imponga a los vecinos la realización de determinadas obras en sus edificios, aunque suponga la expropiación de parte de las viviendas. La decisión de la junta de propietarios se reduce a establecer la forma de pago.
En ocasiones dan ganas de decir “no nos protejan tanto”. Si queremos más viviendas en alquiler, incentivemos al propietario, con mayor flexibilidad y seguridad jurídica. Dará mejor resultado.
Queremos una transformación social, pero no a cambio de la libertad, y las fronteras son fáciles de traspasar.