Nueva subida de tipos, conforme a lo esperado
A pesar del retroceso de la inflación, que volvió a caer al 3% interanual en junio, las autoridades monetarias estadounidenses siguen luchando contra las presiones inflacionistas, al menos hasta que la moderación de los precios muestre una tendencia más marcada. Además, la buena evolución de la economía no ha sido impedimento alguno para esta nueva subida de tipos. En efecto, el mercado laboral goza de buena salud, con una tasa de paro de solo el 3,6%. Y la actividad económica del primer trimestre ha sorprendido gratamente con un crecimiento del PIB del 2%.
Todas las puertas abiertas
Todas las miradas están puestas ahora en la próxima reunión de la FED y su decisión respecto a si volverá a subir o no los tipos oficiales. Su presidente, Jerome Powell, ha dejado todas las puertas abiertas. Ni descarta un nuevo endurecimiento monetario, ni el fin del ciclo alcista de tipos. Todo dependerá de cómo evolucionen las magnitudes económicas, sobre todo la inflación, de aquí hasta su próxima reunión de septiembre. Pero tanto si el banco central estadounidense detiene el ajuste monetario como si sube el coste del dinero por última vez, no cambiará fundamentalmente la situación económica de Estados Unidos.
Sí a las acciones y a las obligaciones
En todo caso, independientemente de la decisión que adopte la FED, lo cierto es que la economía estadounidense está haciendo alarde de una gran resistencia pese a las sucesivas subidas de tipos acaecidas hasta ahora. Ante su potencial, a largo plazo las
acciones estadounidenses siguen mereciendo un hueco en toda cartera adecuadamente diversificada. En nuestras estrategias están presentes en la
cartera global flexible y en las
carteras mixtas dinámica,
equilibrada y
defensiva.
• Por su parte, las
obligaciones estadounidenses tienen un hueco en
todas nuestras carteras globales con un peso del 5%. En concreto, para aprovechar sus mejores rendimientos, nos decantamos por las obligaciones con vencimiento inferior a 5 años que ofrecen un interés en torno al 4,2% anual, por encima del 3,8% de las de largo plazo Vea todos los detalles en nuestro análisis
Obligaciones estadounidenses, un clásico en su cartera.