Indonesia atraviesa una etapa complicada en diferentes ámbitos. Si bien no una inversión exenta de riesgo, es una apuesta interesante con la vista puesta en el largo plazo. Está presente en nuestra cartera mixta dinámica y equilibrada y en la global flexible con un peso del 5%. Puede diversificar a travé de un fondo como el Fidelity Indonesia Y-ACC-USD (LU0346391328).
Un país en transición
Desde el final de la presidencia del reformista Jokowi, la cautela rige las decisiones de quienes invierten en Indonesia. Y es que el país atraviesa transiciones complejas y vive un clima social tenso. El programa de infraestructuras puesto en marcha con Jokowi, que incluye la construcción de la nueva capital Nusantara, requiere fuertes inversiones públicas, financiadas por un fuerte aumento de los ingresos fiscales. Pero con el 60 % de la población activa en el sector informal (economía irregular), la carga fiscal recae sobre una minoría, lo que alimenta el descontento. El acceso a la propiedad también sigue siendo problemático: los bancos, con un modelo muy conservador, niegan el acceso al crédito a las personas con ingresos inestables, excluyendo así a la mayoría.
· Además, las decisiones impopulares del nuevo presidente, Prabowo Subianto, contribuyen a tensar el clima. Este antiguo general ha colocado a sus allegados en los engranajes del Estado, ha creado 23 nuevos ministerios y ha lanzado un fondo soberano poco transparente. Su programa de comidas escolares gratuitas, financiado en detrimento de la salud y la educación, está mal gestionado y ya supone el 9 % del presupuesto (el del gasto militar es del 15 %).
Los inversores desconfían
A los problemas del mercado interno se suma una complicada coyuntura exterior. Con pocos acuerdos comerciales, Indonesia debe hacer frente a importantes aranceles al exportar sus productos a numerosos destinos. Además, los aranceles del 19% impuestos por la Administración Trump tampoco ayudan. En general, Indonesia, que parecía un candidato ideal para beneficiarse de la estrategia “China + 1” adoptada por muchas empresas para reducir la dependencia de un solo país y diversificar sus cadenas de producción, es percibida como menos estable que competidores como Vietnam. Esto perjudica el atractivo del país y ha hecho que el interés de los inversores extranjeros decaiga en los últimos meses. Sin embargo, por ahora, esa desconfianza de los inversores apenas se percibe en la Bolsa de Yakarta, que en lo que va de año gana un 15 % en moneda local. Por su parte, la rupia se sitúa en el caso contrario. Tras los disturbios en las calles de varias ciudades del país y la decisión del banco central de reducir sus tipos de interés para reactivar la economía, ha sufrido una auténtica fuga de capitales: se ha depreciado también alrededor de un 15%.
Un futuro prometedor
Tras un largo periodo de expansión impulsado por las reformas de Jokowi, que mejoraron significativamente la competitividad del país, modernizaron sus infraestructuras y desarrollaron el sector minero – el país es muy rico en níquel–, Indonesia está en fase de transición. Para retomar el rumbo, deberá redimensionar el Estado, reducir progresivamente la proporción del sector informal en la economía, ampliar el abanico de oportunidades para quienes dependen de él y lograr una mejor integración de los jóvenes en el mercado laboral; especialmente, mediante un mayor esfuerzo en formación.
· Sin embargo, si bien está claro que serán necesarias reformas, también lo es que las bases ya están sentadas y el país parece destinado a un futuro brillante. Aún candidato a convertirse en una importante base exportadora, gracias a su abundante mano de obra cada vez mejor formada, y habiendo logrado atraer a numerosos actores (principalmente asiáticos) en el ámbito de la transición energética, Indonesia y sus 285 millones de habitantes constituyen asimismo un mercado muy prometedor. Su apertura progresiva e integración en el comercio mundial deberían permitirle alcanzar niveles de crecimiento muy superiores a los actuales.
· Plenamente consciente de esta necesidad, Yakarta acaba de firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que eliminará los aranceles sobre el 98% de las exportaciones indonesias hacia nuestro continente y reducirá considerablemente las barreras no arancelarias al comercio entre ambos.
Conclusión y consejo
Aunque Indonesia atraviesa una etapa delicada, sigue siendo, a nuestro parecer, uno de los mercados emergentes más prometedores. Rica en materias primas que la sitúan en primera línea para beneficiarse de la transición energética, dotada de una mano de obra joven y abundante, y de un mercado de dimensiones y potencial impresionantes, y apostando fuertemente por su futuro, el país espera simplemente la ola de reformas que le permitirán alcanzar otra dimensión.
· Lógicamente, una apuesta así puede llevar tiempo y no está exenta de riesgo. Pero la Bolsa de Yakarta es interesante con la vista puesta en el largo plazo. Ofrece una rentabilidad por dividendo, en torno al 2,5%, y un nivel de precios inferior al conjunto de los mercados emergentes, con una relación precio/beneficio de alrededor de 25 veces en línea con su media histórica. Así, está presente con un peso del 5% en nuestra cartera mixta dinámica y equilibrada y en la global flexible. Las opciones para abordarla de forma diversificada se reducen prácticamente a dos: el ETF HSBC MSCI Indonesia(IE00B46G8275) o el fondo Fidelity Indonesia Y-ACC-USD (LU0346391328), por el que nos decantamos. Con una cartera de 44 valores representativos del sector financiero (35%), consumo (22,6%) o industriales (15%), entre otros, y unos costes ajustados del 1,09% anual, acumula ganancias del 16% en el último lustro. Tiene la clase limpia disponible en Silver Alpha. Recuerde que al tratarse de un fondo puede acogerse al diferimiento fiscal en los traspasos.
Cotización en el momento del análisis:
Fidelity Indonesia Y-ACC-USD: 17,67 USD
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