Japón, cómo aprovechar el (esperado) renacimiento nipón
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Otra política monetaria
Nueve meses después de su llegada al mando del Banco de Japón, Kazuo Ueda ha dado un nuevo rumbo a la política monetaria. Anteriormente, el banco central intervenía masivamente en el mercado de obligaciones para mantener el tipo a 10 años cerca de cero. Hoy en día, deja actuar cada vez más a las fuerzas del mercado, limitándose a amortiguar y limitar su fuerza. Una prudencia indispensable para evitar un cataclismo en el mercado de deuda, tanto en Japón, donde la deuda pública representa el 260% del PIB, como a nivel mundial, donde los japoneses juegan un papel relevante en los mercados de obligaciones. El siguiente paso será una subida del tipo de interés oficial (actualmente aún en el -0,1%), que contribuirá a impulsar el precio del yen.
Yen débil; inflación en máximos
A más de 150 yenes por dólar, el yen nunca había estado tan débil desde 1990. Las políticas monetarias divergentes han provocado que el atractivo de las obligaciones estadounidenses frente al de las japonesas se haya disparado. Actualmente, la deuda estadounidense a 10 años ofrece tipos de interés un 4% más altos que los de Japón, frente a menos del 1% de diferencial de hace tres años. La elección entre obligaciones en dólares o en yenes no ofrece dudas. · Pero si un yen débil era una ventaja para Japón a principios de los años 90, ahora es todo lo contrario. En 1990, el sector manufacturero producía el 95% de su facturación en Japón y un yen débil facilitaba las ventas en el extranjero. Hoy es menos del 75%.
Las fábricas japonesas también están fuertemente integradas en las cadenas de producción globales. El sector manufacturero japonés importa masivamente productos intermedios, y un yen débil aumenta considerablemente el precio de estas importaciones. La debilidad del yen también ha provocado un fenómeno extremadamente raro en Japón: un fuerte aumento de los precios. La inflación alcanzó el 4,3% a principios de 2023, su máximo desde finales de 1981. Y aún en el 3% en septiembre sigue minando la confianza de los hogares nipones. El consumo se mantuvo estable en el tercer trimestre, tras desplomarse un 0,9% en el segundo. Esto penaliza la actividad económica, que retrocedió un 0,5% este verano.
Aumento salarial a la vista
Para reactivar la demanda interna y dinamizar la economía, hay que restaurar el poder adquisitivo de los hogares. Y este es el caso de Japón. Ante la escasez de mano de obra y con el fin de atraer talento extranjero, los empresarios se muestran más generosos con sus empleados. Y lo hacen con mayor predisposición a medida que sus beneficios marcan máximos. La próxima negociación salarial seguramente conducirá a aumentos récord (hasta de un 5%). Pero el acuerdo no llegará hasta la primavera de 2024.
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