Mercados emergentes, cómo les afecta la crisis a unos y a otros

Cómo le ha ido a las apuesta emergentes de nuestras carteras durante la crisis.
Los mercados emergentes, muy castigados durante la crisis sanitaria, han tornado las ganancias previas en abultadas pérdidas y han elevado, más si cabe, su riesgo. Por ello, hemos ido reduciendo su peso en las carteras mixtas globales. Eso sí, no todo son malas noticias.
La cruz, México, Indonesia y Sudáfrica
Las acciones mexicanas presentes en nuestras carteras globales desde noviembre de 2018 acumulaban ganancias del 6% hasta marzo de este año. Sin embargo, la crisis sanitaria extendió las pérdidas hasta el -12%. Ahora acabamos de sacarlas de las carteras mixtas para reducir el riesgo, pero mantenemos un 5% residual en la Global Flexible: pese a todo, podrían verse beneficiadas ante un eventual agravamiento de la crisis comercial entre EE.UU. y China.
· Desde su incorporación a nuestras carteras en febrero del año pasado, las acciones indonesias sufrieron de lo lindo hasta finales de 2019 y más aún con las turbulencias por la pandemia, dejándose por el camino un 30%. De hecho, están fuera de la cartera global flexible desde finales de abril y de las mixtas desde finales de mayo.
· La bolsa sudafricana, quizá una de las más volátiles, que manteníamos sólo en la cartera mixta dinámica, pierde un 26,5% desde su incorporación en abril del año pasado, pérdidas algo mitigadas tras el subidón del 14,6% del último bimestre. Pese a las caídas, su bolsa está cerca de ponerse cara. Si aún la tiene, haga caja.
La cara, Rusia y China
Pese a las caídas bursátiles, por el hundimiento del precio del petróleo que llegó a mínimos de 19 dólares el barril, y la caída del rublo frente al euro, las acciones rusas, por las que apostamos en noviembre de 2018, acumulan desde entonces unas ganancias del 18,2%. Si apostó a través de un buen fondo como el BNP Russia Classic Cap ganará un 5,7% desde entonces.
· Con la bolsa china fuimos previsores, y antes de la debacle decidimos sacarla de las carteras en febrero del año pasado materializando ganancias cercanas al 11%. Y es que las perspectivas de crecimiento a largo plazo eran menos optimistas, y el yuan estaba sobrevalorado frente al euro. Así evitamos las pérdidas de hasta el 8% que hubiéramos acumulado de mantenerlas aún en cartera. No creemos que sea el momento de volver a apostar por ellas.
¿Cómo nos fue con la renta fija?
Nuestra apuesta por la renta fija emergente también presenta claroscuros. Por un lado, las obligaciones brasileñas, una de nuestras apuestas más antiguas que están presentes de manera ininterrumpida en nuestras estrategias en los últimos 5 años. Desde entonces y hasta la llegada del covid-19 acumulaban ganancias del 10%, que se han tornado en pérdidas por la caída del real brasileño frente al euro (-25% en lo que va de año). No descartamos nuevas caídas del real y además ahora, lejos de esperar caída de tipos, estamos expuestos a posibles subidas. Por ello, nos desprendimos de ellas el pasado abril.
· Por otro lado, la particular apuesta por las obligaciones turcas de la cartera global flexible vive una situación similar. Las incorporamos en julio de 2019 y hasta la crisis sanitaria estaban en terreno positivo. Desde entonces la lira turca se ha desplomado frente al euro tiñendo de rojo su rentabilidad. Aun así, de cara al largo plazo, con los tipos a corto plazo rondando el 7,6% y la lira infravalorada frente al euro casi un 20%, nos parecen atractivas.
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