¿Cómo abordar la renta fija estadounidense?

Las obligaciones en dólares USD ocupan un lugar destacado en nuestras estrategias.
La renta fija estadounidense
Las obligaciones en dólares estadounidenses (USD) se pueden agrupar en tres categorías según sea su emisor, cada una de ellas con diferentes rendimientos esperados y riesgo y, por tanto, destinadas a distintos perfiles de inversión tal y como comprobará en nuestras carteras globales.Veamos pues cómo abordar esta apuesta.
La deuda pública
Estados Unidos es considerado uno de los emisores de deuda más solventes del mundo. Por ello, en épocas de turbulencias los inversores tienden a comprar deuda soberana estadounidense, haciendo subir el precio de las obligaciones. Su carácter defensivo se da pues al apreciarse éstas cuando la bolsa cae. Y su atractivo para contrarrestar el riesgo de otras inversiones, como las acciones, hace que tengan un hueco en la cartera mixta equilibrada y en la cartera global flexible con un peso del 15% en cada una. Además, el rendimiento que ofrece actualmente la renta fija estadounidense ronda el 1,4% anual frente al 0,3% de la zona euro, a lo que debemos sumar la consideración del dólar USD como valor refugio.
Obligaciones corporativas
Las obligaciones corporativas estadounidenses con “grado de inversión” ofrecen un interesante binomio rentabilidad-riesgo. De ahí su presencia en la cartera mixta dinámica con un peso del 5%. Son obligaciones emitidas por las empresas y suelen tener un riesgo ma-yor que las emitidas por el Estado porque las probabilidades de que no puedan hacer frente a los pagos futuros son mayores, aunque su riesgo es más bien limitado. A cambio, ofrecen un rendimiento superior que ronda el 2,5%, en torno a un 1% más que la deuda pública.
Obligaciones de alto rendimiento
Los emisores de estas obligaciones (también conocidas como high yield) son empresas con una frágil salud financiera y con mayor riesgo de impago. Por tanto, suponen asumir un mayor riesgo que entre las emitidas por empresas con “grado de inversión”. Eso sí, a cambio de ese mayor riesgo ofrecen un rendimiento más elevado. Obviamente, el diferencial se amplía conforme la emisión es más arriesgada. P.ej. las high yield estadounidenses cerca de obtener el grado de inversión ofrecen un rendimiento anual medio en torno al 5%, lo que compensa su elevado riesgo, y las convierte en una opción interesante dentro de una estrategia de largo plazo, de ahí el peso del 5% que tienen en las carteras mixta defensiva, mixta equilibraday mixta dinámica.