El sector saca músculo
El tirón del sector de la defensa es de tal envergadura que el mismo secretario general de la Asociación de Industrias Aeroespaciales y de Defensa (ASD), J. Pie, ha reconocido que actualmente está viviendo su periodo más intenso desde el final de la Guerra Fría. Desde la invasión rusa de Ucrania, los gobiernos de todo el mundo han aumentado su gasto militar, algo necesario tras años de falta de inversión. Lógicamente, la demanda se ha disparado no solo impulsada por la necesidad de nuevo equipamiento militar, sino también por la reposición de las existencias. Las grandes compañías del sector no dan abasto y se las ven y se las desean para cubrir las decenas de miles de vacantes que necesitan. Las carteras de pedidos de las compañías del sector están a rebosar, y ante tan fuerte demanda los precios se encarecen. En un contexto en el que aún no se atisba el final de la guerra en Ucrania y en el que Oriente Medio es un polvorín, en el que el Líbano e Irán han hecho acto de presencia, el sector saca músculo con un comportamiento bursátil reluciente.
Una evolución bursátil brillante
Ya en enero, en el dossier central que dedicamos a los sectores con mayor potencial de cara a este año, destacábamos el de la defensa. Desde entonces, su escalada bursátil ha sido nada más y nada menos que del 22,7% y nuestra opinión respecto al mismo no ha cambiado: su potencial no se ha agotado ni mucho menos y sigue presentando unas prometedoras perspectivas.
A finales de septiembre, los precios de las acciones del sector recogían 27 veces los beneficios previstos, superando ligeramente la media histórica del sector (15 veces). Pero nosotros creemos que no es un problema. Las tensiones geopolíticas y los conflictos en curso, el aumento del gasto en defensa, las adaptaciones técnicas y las nuevas tecnologías (drones, defensa aérea, etc.) seguirán alimentando los bolsillos de estas compañías. Eso sí, no están exentas de ciertos riesgos: dependencia del gasto público, retrasos en las entregas, falta de coordinación entre países y empresas, …
Tres acciones interesantes…
Si usted invierte directamente en acciones, permanecemos positivos respecto a algunas grandes empresas que a nuestros ojos aún merecen un consejo de compra y que, pese al tirón bursátil, están correctas.
El grupo francés Thales, cuyo peso en la cartera Experto en acciones duplicamos a finales de septiembre, gana un +20,3% desde que la incorporamos a la misma a comienzos de mayo pasado. En el primer semestre sus pedidos globales han aumentado un 23%, y los de defensa un 36%, dadas las tensiones geopolíticas.
El grupo norteamericano Lockheed Martin que incluimos en abril en la cartera Experto en acciones, y cuyo peso en la misma aumentamos en un 50% a finales de septiembre, sube desde entonces un +21,7%. El crecimiento del grupo, que ha revisado al alza sus previsiones de ventas y beneficios, seguirá apoyándose sobre todo en una importante cartera de pedidos.
El grupo británico BAE Systems (+32,6% en el último año) es uno de los mayores proveedores del ejército estadounidense. El renovado compromiso del gobierno británico de destinar a defensa el 2,5% de su PIB dará un nuevo impulso a los pedidos.
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…Y un par de ETF
Si usted es un inversor al que no le asusta el riego, también tiene la posibilidad de invertir en el sector de forma diversificada a través de un par de ETF. Uno de ellos es un viejo conocido, el VanEck Defense UCITS ETF USD A (IE000YYE6WK5), que se revaloriza un 45% en el último año. Invierte en unas 30 compañías, entre las que destacan Palantir Technologies, Leidos, Booz Allen Hamilton, Thales y Leonardo, que suman cerca del 40% del peso total. Recientemente hemos incluido en la selección el Future of Defence ETF (IE000OJ5TQP4), que también suma un 40% a un año vista. Su cartera está algo más diversificada y cuenta con unas 60 compañías, entre las que destacan BAE Systems, Safran, RTX Corp, Rheinmetall o Thales, con un peso conjunto del 20% de la cartera.
En ambos ETF el sector industrial es el que lleva la voz cantante (en torno al 60% de las inversiones) seguido de las tecnológicas (el 40% restante), mientras que las compañías estadounidenses, con un 60% del peso total, son las protagonistas. Ambos ETF comparten también otras características: son de acumulación, tienen costes similares (en torno a un 0,6% anual) y cotizan en euros en el Xetra alemán.
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