Durante décadas, el private equity (capital privado) ha sido una de las inversiones más atractivas del mercado. Históricamente, ha ofrecido rentabilidades superiores a las acciones cotizadas, pero esta ventaja se ha ido reduciendo con el tiempo. A medida que la industria madura y más inversores acceden a estos fondos, sus rendimientos han comenzado a erosionarse. Un reciente análisis sobre la rentabilidad del capital privado realizado por Alexander Ljungqvist, un reputado analista sueco en la materia, pone en duda si sigue siendo una opción atractiva frente a inversiones más accesibles y líquidas. El problema radica en que, al ajustar los rendimientos por riesgo, apalancamiento y falta de liquidez, la ventaja sobre las acciones tradicionales se desvanece. El apalancamiento consiste en usar deuda para aumentar la capacidad de inversión. Si la inversión genera beneficios, estos se multiplican porque se ha invertido más capital del que se tenía originalmente. Sin embargo, el apalancamiento también aumenta el riesgo: si la inversión no sale bien, las pérdidas pueden ser mayores.
Por otro lado, un estudio de Tommar, Darolles y Jurczenko ha confirmado que la caída de rentabilidades en el capital riesgo no es un fenómeno exclusivo de EE.UU., sino que se observa también en otras regiones del mundo. Esto sugiere que el sector se enfrenta a una tendencia estructural de menor rentabilidad.
Ahora bien, no todos los fondos de private equity se ven afectados por igual. Según el análisis, los fondos buyout (compra de empresas consolidadas con deuda) y growth (inversiones en empresas en crecimiento) han experimentado una caída pronunciada en sus rentabilidades (de media un tercio por década), lo que significa que los inversores que entran hoy podrían obtener rendimientos considerablemente más bajos que aquellos que invirtieron en el pasado. Como excepción a esta regla, los fondos venture capital (capital riesgo en startups) que muestran una caída mínima del 5% por década, debido quizá a la naturaleza disruptiva de sus inversiones (innovación, tecnología…), donde el crecimiento exponencial es aún posible.
Para un pequeño inversor los rendimientos le llegarían todavía más mermados, pues al no poder invertir directamente en los fondos reales de private equity debe hacerlo en fondos de fondos que multiplican los gastos. ¿Vale la pena entonces asumir los costos y la iliquidez del capital riesgo cuando existen alternativas más eficientes y accesibles? Nosotros creemos que no (vea el análisis de uno de estos fondos de Bestinver). Unos fondos de acciones de pequeña capitalización bien gestionados pueden ofrecer rentabilidades similares sin las limitaciones del private equity. Descúbralos en nuestro comparador de fondos (busque la categoría de acciones de pequeña capitalización del país correspondiente).