Pensión digna, un derecho fundamental
Envejecimiento de la población, descenso de la natalidad, crisis económica... Son muchos los factores que han contribuido a poner en jaque al sistema de pensiones públicas en España. Un sistema que se encuentra en una situación delicada y que, a base de remiendos, va aguantando con unas reformas que no atacan el problema en su raíz. Situación a la que, para colmo de males, se suma la deriva en los últimos años de castigar a aquellos que hacen el esfuerzo de ahorrar con el fin de cubrir sus necesidades en los días futuros, sin fomentar lo más mínimo esta tarea.
Para el ciudadano, fruto de su trabajo, la pensión pública representa un derecho fundamental. Y si bien debe asegurar un montante mínimo de subsistencia a todos por igual, es de justa razón que su cuantía esté en relación con las aportaciones realizadas a lo largo de su vida laboral. Pero el sistema actual de pensiones públicas es insostenible. El número de pensionistas está creciendo a un ritmo acelerado, mientras que el número de cotizantes disminuye. Esto se debe, entre otras cosas, al envejecimiento de la población y a la precariedad en el empleo juvenil. Un problema de fondo, que afectará más a aquellos que todavía se encuentran a mediados o comienzos de su vida laboral, cuyo abordaje requiere de un debate social abierto y honesto. Debate en el que debe contemplarse, tal y como nosotros reivindicamos, un mejor tratamiento fiscal para aquellos que ahorran para su jubilación. Una labor en la que nosotros le ayudamos.
También queremos echar una mano a todos aquellos que están rozando los 60 años o más y les queda poco tiempo para dar el carpetazo a su vida laboral pues no son pocos los problemas y dudas a los que han de hacer frente. Dudas que tratamos de resolver en nuestra Guía Sociolaboral y en el dossier Cómo sacar el máximo partido a la pensión de jubilación. Cuestiones tales como si merece la pena jubilarse anticipadamente o si se puede retrasar la edad de jubilación. O si la prestación del servicio militar puede contabilizarse como tiempo cotizado a la hora de adelantar la jubilación, pero no a la hora de considerar que se ha cotizado durante el mismo, una reivindicación de OCU que sigue a la espera de algo más de empatía pública. Unas cotizaciones que tampoco se realizaron ni para aquellos becarios que realizaron prácticas formativas o académicas - a los que desde la SS se está discutiendo una solución- ni para algunos de los que hicieron prácticas laborales y pudieran quedar colgados de este remiendo. Desde OCU nos parece tan justo poder cubrir las lagunas de aportaciones de unos como de los otros. Y así se lo hemos transmitido a la Administración. Esperemos que esta vez no haga oídos sordos.