Astucia y perseverancia son más que necesarios para el inversor cuando de alternativas de riesgo estamos hablando. Eso sí, aquellos que huyen de metas mayores y solo desean preservar su patrimonio contentándose con obtener un rendimiento discreto, harán mejor en seguir otros ejemplos lejos de aventuras y discurrir por la senda de una estrategia como la propuesta por nuestra estrategia ahorradora, con la que pueden conseguir un rendimiento del entorno del 3%. Vea qué productos “cero riesgos” son más interesantes, según el plazo – hasta dos años – al que invierta. Pero si aspira a algo más, algunas lecciones que nos dio Simbad podrían venirnos al pelo.
En uno de sus siete viajes Simbad arriba a una isla repleta de árboles cargados de frutas jugosas y suelos cubiertos de gemas brillantes disponibles para cualquiera que desee recogerlas. Sin embargo, la apariencia engañosa de riqueza fácil en esta isla oculta peligros mortales. Cuando los marineros y Simbad intentan tomarlas descubren que las frutas y las gemas son en realidad piedras preciosas envenenadas y trampas mortales. Sólo gracias a la observación y experiencia acumulada a lo largo de sus viajes, se da cuenta del engaño y pueden escapar de él. Una postura de alerta imprescindible que recomendaría a todo inversor. Y es que, si algo es demasiado bonito como para no ser verdad, probablemente es porque no lo sea. Huir de los chiringuitos y de la riqueza fácil puede salvarle la vida… financiera. Incluso con las inversiones valiosas de verdad, llegar y besar el Santo solo ocurre en contadísimas ocasiones, lo normal es sufrir tropiezos y obtener los frutos tras un largo camino.
En otro de sus viajes Simbad llega a una isla aparentemente desierta, donde buscando suministros encuentra una enorme construcción que resulta ser una tumba donde duerme un temible gigante que a pesar de las precauciones del marino por no hacer ruido termina despertando. Simbad logra calmar al gigante y ganarse su confianza, quien decide, no solo perdonarle la vida, sino también ayudarle. Le ofrece provisiones y le permite irse de la isla. Sin embargo, en lugar de huir inmediatamente, pide al gigante que lo lleve sobre sus hombros para cruzar un abismo y llegar a una parte más accesible de la isla. Aquí Simbad convierte la desgracia en una oportunidad, un traspiés en su aventurado viaje que usa a su favor. Y, sin duda, le diría que usted en su viaje como inversor incurrirá temporalmente en pérdidas y topará con inversiones fallidas; nada preocupante, si tiene bien diversificado su patrimonio y claro su horizonte temporal. En todo caso, estos traspiés no solo tienen una cara amarga, sino que puede usarlos a su favor ¿quiere saber cómo?