En este momento hay que sacar jugo de los productos de bajo riesgo, junto a otras estrategias a largo plazo adecuadas para su perfil.
Publicado el 14 noviembre 2023
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En este momento hay que sacar jugo de los productos de bajo riesgo, junto a otras estrategias a largo plazo adecuadas para su perfil.
Cuando hace unas semanas, para la elaboración de nuestro barómetro de confianza trimestral, preguntamos a nuestros socios con qué estrategia de inversión se sentían más identificados, nos llamó la atención la respuesta mayoritaria. Siga leyendo.
Contrarrestar pérdidas a costa de rentabilidad
Un 56% contestaron en nuestro barómetro preferían minimizar las pérdidas en el corto plazo, aunque ello supusiese renunciar en el largo plazo al mayor rendimiento posible. Esta preferencia de contrarrestar pérdidas a costa de la rentabilidad casa a la perfección con la estrategia ahorradora para un perfil para varios perfiles. ¿Es esta una señal de que nuestros socios huyen de los riesgos y se están volviendo más conservadores? No lo creemos, pero sí entendemos esta conservador. Cartera que verá en la sección “Invertir” de nuestra web, junto a otras tendencia.
La estrategia ahorradora, atendiendo a su idiosincrasia, distribuye sus apuestas entre depósitos, letras del Tesoro, bonos y obligaciones a distintos plazos. Si repasa nuestros consejos a lo largo del tiempo verá que nunca hemos sido proclives a recomendar esta cartera – especialmente cuando los tipos permanecían estancados en el 0% – más que a los puramente ahorradores. Ahora bien, con los tipos de algunos depósitos por encima del 4% TAE a seis meses y las letras a un año por encima del 3,5% no nos parece desafortunado apostar ahora por ella, al margen de que encaje o no con sus preferencias. Ahora bien, no como inversión única a la que dedicar el 100% de su patrimonio, sino como complemento a otras estrategias principales como pueden ser alguna de las carteras mixtas, en las que acabamos de hacer ajustes. Y es que así estaría cumpliendo con una regla básica de todo inversor: la diversificación. Aprovechando, por un lado, los jugosos rendimientos que ofrecen ahora las opciones de bajo riesgo a corto plazo y repartiendo otra parte de su patrimonio en una cartera que conjugue renta fija y acciones, estará repartiendo los huevos en varias cestas para sacar rédito de distintos productos. Esa es justamente, una de las razones por las que ahora damos más peso a las obligaciones estadounidenses en estas carteras mixtas. Porque es una inversión, que ofreciendo un jugoso rendimiento en torno al 4,5% anual a plazos entre 5 y 10 años conviene aprovechar, además de servir para reducir el riesgo de la cartera.
En definitiva, en este momento de tipos altos hay que ampliar las miras y tratar de recoger las mieles que poco a poco van dejando en productos de bajo riesgo. Eso sí, sabiendo que no constituyen una estrategia a largo plazo para todo el mundo. A ese horizonte largo de tiempo hay estrategias, cuya rentabilidad supera la del bajo riesgo. Un ejemplo es nuestra cartera mixta dinámica para la que esperamos un rendimiento anual medio no garantizado del 6,5% en los próximos diez años. Conociendo las cartas en el tablero y conociéndose a usted mismo en su mano está jugar la baza que más le convenga.