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Montañas de rendimiento
hace 11 meses - lunes, 7 de noviembre de 2022
Imagínese que tuviera ante sí un camino más corto, llano y despejado de obstáculos o un paisaje montañoso plagado de recovecos, ¿cuál elegiría?

Obtener buenos rendimientos no suele ir ligado al más corto plazo.
Caminos para el inversor
A primera vista la elección parece clara, ¿para qué complicarse con posibles peligros o tropezones innecesarios? Ahora imagínese también que usted es un mercader que va con su mercancía por uno de esos caminos: mientras que en el primero no encontrará posibilidades de comerciar con su mercancía, el segundo estará lleno de mercaderes con los que pararse a negociar y adquirir nuevos productos incluso más valiosos. Elegir el camino llano y despejado le dará la seguridad de llegar a su destino con la mercancía intacta, sin sufrir percances. Eso sí, también sin haber ganado nada. En cambio, recorriendo el camino a primera vista más complicado se abrirá un mundo de posibilidades y tendrá opción a llegar a su destino con mercancías más valiosas.
Si usted es de los que se fijó primero en las montañas y las vio como una dificultad, ha de saber que muchas veces los caminos más abruptos son los que esconden mejores recompensas en forma de rendimientos. Claro, que recorrerlos no es un camino de rosas. Hay que armarse de paciencia, sobre todo, en momentos como el actual, donde no hay mercado que se libre de las pérdidas. Con la inflación en cotas altas a uno y otro lado del Atlántico, la guerra de Ucrania atizando los precios energéticos y de los alimentos (vea el subidón de este fondo del sector agrícola en medio del terremoto bursátil), los bancos centrales subiendo tipos, aunque sea a costa del crecimiento no se puede esperar que los mercados se lo tomen alegremente. Pero claro, cuando uno invierte su dinero qué duda cabe que preferiría no tener que sufrir por el camino. Eso sí, conviene recordar que en la parte baja de la montaña encontrará oportunidades de inversión, de subirse después a la cima del rendimiento, cuando los mercados inicien su ascenso.
Pero además de paciencia a la hora de afrontar los obstáculos y altibajos del camino, otro elemento importante que marcará la diferencia en el resultado final es poder echarle tiempo. Si cuenta con un horizonte temporal amplio a la hora de realizar su viaje, tendrá opciones a cosechar mejores rendimientos y a mitigar los sinsabores que puedan darse en el corto plazo. Sinsabores que a nadie agradan, sobre todo cuando uno invierte pensando en engrosar el colchón de ahorros para la jubilación. Y es que las pérdidas no han hecho distinciones. Han llegado igual a las acciones, la renta fija o los planes de pensiones. Quien sí tendrá que hacer distinciones es usted, tanto en el camino que haya elegido como con el tiempo que cuente para recorrerlo. Si solo se fija en el corto plazo, no es de extrañar que el terremoto bursátil le esté dejando helado. En cambio, si es capaz de abrir su punto de mira, atreverse con el camino más abrupto y además recorrerlo sin prisa y tiempo por delante, hallará su recompensa.