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Miedo en el cuerpo
hace 2 años - lunes, 26 de octubre de 2020
En pocos días se conocerá quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Y es que por lo general los inversores tienen tendencia a dejarse influir por las noticias del día a día. Esta mirada cortoplacista les impide ver el bosque en su conjunto y tener así una visión más amplia, que estamos seguros, contribuiría a recobrar la serenidad perdida.
Todo ello no quita para que la base de estos miedos se cimiente en la diferencia diametral de los programas de Trump y Biden. Las posturas de ambos candidatos chocan en temas de calado para la sociedad americana y su economía como son la gestión de la pandemia, el cambio climático, la industria petrolera, la migración o el racismo. Así, por ejemplo, uno de los motivos de preocupación de los inversores son los planes para la industria petrolera del próximo inquilino en la Casa Blanca. De ser Biden el panorama podría ser más incierto, ya que el demócrata aboga por una economía más sostenible y respetuosa con el clima, volviendo a los consensos internacionales de lucha contra el cambio climático relegados por Trump. Lo que implica poner sobre la mesa la necesaria transición de la industria petrolera hacia un modelo verde que habrá de llegar más tarde -en el caso de Trump- o más temprano -en el de Biden-. Creemos que un inversor con la vista puesta en el largo plazo hará bien en estar alejado del sector independientemente de quien gane las presidenciales estadounidenses.
Y esta es la forma en que le proponemos actuar para no sufrir innecesariamente: ponga la vista en el largo plazo. A ese horizonte ya verá cómo el panorama es más tranquilizador. El dólar estadounidense es un valor refugio y la economía del Tío Sam una de las más competitivas del planeta – en los distintos rankings de empresas más innovadoras del mundo entre las 10 primeras suelen haber siempre 7 u 8 compañías estadounidenses (Tesla, Alphabet, Amazon, Netflix, IBM …) –; todo ello es difícil de echar por tierra sea quien sea quien pilote la Casa Blanca. Y nosotros así lo reflejamos en nuestras previsiones de crecimiento para la economía estadounidense; crecimiento que estimamos se sitúe por encima del 2% anual en la próxima década y con el que seguirá siendo una economía robusta. No obstante, no podemos descartar que la disputa electoral acabe provocando vaivenes puntuales en su Bolsa – no sería la primera vez que ocurre –, pero que en nada varía nuestro consejo hacia esta inversión. Incluso de producirse esas caídas tampoco lo veríamos como algo negativo. Y es que usted siempre podrá aprovechar las mismas para reequilibrar su cartera o aprovechar para entrar a precios más bajos. Como ve, siempre hay un lado positivo para todo, con lo que dejarse atenazar por el miedo no parece lo más acertado, ni siquiera en lo que respecta a quién liderará el gigante americano tras el 3 de noviembre.
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