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¿A precio de ganga?
hace 2 años - lunes, 14 de septiembre de 2020En esta búsqueda hay quienes ven algo que rascar en empresas que están cotizando a mínimos históricos. A la vista nos parecen oportunidades a precio de saldo, que casi fuera un pecado desaprovechar. Entendemos que es difícil no dejarse llevar por esta impresión, cuando algunas cotizan hoy a la décima parte del precio que tenían hace unos años. Es el caso de la estadounidense Ion Geophysical Corp., una empresa parapetrolera, cuyo precio ha sufrido por la coyuntura que rodea al sector petrolero (paralización de los presupuestos de exploración de sus grandes clientes, etc.). Pero casos como este se dan también dentro de nuestra geografía en grandes empresas como Telefónica o el Banco Santander: el precio de la primera está a una sexta parte del tenía hace doce años; y el de la segunda a poco más de una octava parte. Ello hace que algunos inversores se pregunten si se trata de chollos que no hay que dejar pasar. Pero nada más lejos de la realidad.
A la hora de evaluar una oportunidad de inversión entran en juego multitud de aspectos, como las perspectivas de la compañía y las del sector al que pertenece; o factores contables como su deuda, entre otros. En definitiva, el compendio de todos ellos puede ser la razón que explique la caída en picado del precio. Bien es cierto que nadie puede afirmar, si empresas como las citadas seguirán con su peregrinaje bursátil o si por el contrario rebotarán. Pero la cuestión – como demuestra el análisis de esos factores –, es que a veces esas caídas pueden estar justificadas; con lo que no siempre tales descensos deben interpretares como oportunidades, sino las más de las veces como advertencias. Es el caso del sector bancario o del parapetrolero, cuyas perspectivas por ahora siguen siendo sombrías. La moraleja que el inversor debe tener bien presente es que el hecho de que algo esté a un precio más bajo no es sinónimo de un buen precio ni que sea barato.
Con el escenario de tipos bajos en mínimos por mucho tiempo y las perspectivas económicas poco halagüeñas que ha traído consigo el coronavirus, los rendimientos se harán desear. Pero ello no quiere decir que no pueda encontrarse empresas o sectores, cuyas perspectivas no sean interesantes y de las que esperar hoy rendimientos más que razonables. Es el caso del sector hídrico, en el que apuntamos con el dedo los instrumentos más interesantes a su alcance para aprovechar ahora su potencial; o el caso de algunas de nuestras últimas propuestas veraniegas que han comenzado a dar sus frutos.