Pero, como ocurre con todo en la vida, en materia de inversiones nadie consigue más sin estar dispuesto a pagar un peaje a cambio. En este caso el precio es el de asumir fuertes altibajos en esas inversiones en la que se esperan golosas ganancias; pero que, de salir mal, también pueden acabar haciendo un buen roto en su bolsillo.
Dicen que toda crisis trae oportunidades y esta en la que nos ha sumido el coronavirus, ya nos ha llevado a detectar unas cuantas. Estamos hablando de apuestas principalmente a corto plazo, en las que en general predomina ese componente de mayor riesgo. Un alto voltaje que por ahora está compensando a quienes han seguido nuestros consejos, pues en poco tiempo ya han empezado a dar sus frutos (vea cómo les está yendo a estas apuestas arriesgadas). Es el caso de las biotecnológicas estadounidenses Gilead Science o Moderna Inc., cuyas cotizaciones se mueven cual montaña rusa, al son de los avances de sus tratamientos e investigaciones en torno a la lucha contra el coronavirus. Destaca, por tanto, el cariz especulativo que tienen estas inversiones y que, en consecuencia, hace que no sean aptas para todos los públicos. Por tanto, a la hora de hacer nuestras recomendaciones – consejos que como siempre se apoyan en un amplio análisis y estudio de distintas variables –, nos dirigimos tan sólo a esos perfiles capaces de soportar la máxima tensión, lo cual no está reñido con la prudencia. Y es que deber tener bien presente que el conjunto de estas apuestas – que deben hacerse al margen de una estrategia global de inversiones – nunca debería superar un peso residual del 5%. Porque estas deben entenderse tan sólo como un complemento y no como el hilo conductor de una estrategia inversora. En otras palabras, dado que el éxito no está garantizado, sólo debería dedicar a estas apuestas la cantidad de dinero que pueda permitirse perder.
Consulte nuestras nuestras carteras para cada perfil de inversor