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El peso de lo negativo
hace 4 años - lunes, 27 de mayo de 2019Esto ocurre porque en la toma de decisiones intervienen una serie de mecanismos psicológicos, que nos hacen darle más peso a tratar de evitar las pérdidas que a valorar las posibles ganancias, incluso aunque estas sean más probables. A ello se añade el hecho de que el inversor suele dar mucho más peso a las consecuencias que pueden acontecer en el corto plazo que a la más razonables en el largo. Esto es lo que ha llevado a la Bolsa británica a sufrir un castigo desde el referéndum del Brexit en 2016. Y es que lo que ha predominado en el ambiente hasta ahora acerca de la salida de nuestros todavía colegas británicos de la Unión Europea es el poso negativo de lo que vendrá, conforme “sólo” a dos escenarios posibles: uno con un Brexit duro y otro con una salida pactada.
Las elecciones europeas, celebradas en el Reino Unido con tres días de antelación al resto de Europa, se saldaron con la victoria del partido separatista de Nigel Farage (UKIP), que se hizo con un 33% de los votos; y con el hundimiento del Partido Conservador de Theresa May, que descendió hasta el quinto puesto por debajo del 10% y le costó la dimisión. La buena noticia para el proyecto europeo es que el Partido Liberal Demócrata, a favor de la permanencia, consiguió el 21% de los votos, quedando en segunda posición. De otro lado, el resultado en el resto de Europa representa un soplo de esperanza para el proyecto común y un freno a los partidos anti europeístas; estos no han llegado a conseguir el 33% con el que habrían podido paralizar las decisiones de la eurocámara y ejercer el veto, sin duda, una buena noticia para el futuro de Europa.
Se abren ahora las apuestas sobre quién será el nuevo inquilino de Downing Street a partir del 7 de junio. Lo cierto es que, si bien pudiera ser el anti europeísta Boris Johnson, también hay más candidatos, con lo que cualquier opción es posible; incluso, la de un nuevo referéndum, nuevo escenario que hasta ahora el mercado no ha valorado. Por nuestra parte ya hemos tenido en cuenta los escenarios negativos y creemos que no conviene pasar por alto los aspectos a favor, que los hay. Por ejemplo, la infravaloración de la libra frente al euro, que ya descuenta la posibilidad de una catástrofe desde 2016; el que su bolsa esté barata y tenga una baja volatilidad o que su economía sea una de las más flexibles de Europa. Así, si bien no tenemos la fórmula para despejar la incógnita del Brexit, preferimos quedarnos – hasta que no haya señales que indiquen con lo contrario – con los factores favorables actuales. Estos son los que nos han llevado a apartar el temor de las pérdidas de nuestra mente inversora y conceder a las acciones británicas un peso del 20% en nuestra Cartera Global Flexible, un 10% en la Mixta Dinámica y un 5% en la Mixta Defensiva. Confianza que hoy por hoy, mantenemos. Si usted no valora sólo lo negativo, no se deje amilanar.
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