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Las apariencias engañan...
hace 7 años - viernes, 6 de noviembre de 2015
No es lo mismo un índice que otro, uno que incluya dividendos y otros que no. Se lo explicamos.
Hace ocho años, el 8 de noviembre de 2007, el índice bursátil español IBEX 35 alcanzaba su máximo histórico al tocar los 15.954 puntos. Hoy en día dicho índice baila alrededor de 10.500 puntos… ¡casi un 34% por debajo!
Es cierto que tras aquella fecha, alrededor de un año después, estalló el escándalo de la burbuja financiera y el batacazo bursátil fue tal que muchas empresas todavía no han llegado a recuperarse. Pero aunque usted sea de los fanáticos seguidores del IBEX35 mal haría en interpretar que el rendimiento de la Bolsa española ha sido negativo durante estos ocho años. Aunque hayamos tenido que esperar hasta 2015 para enjugar los números rojos, ya podemos decir que el comportamiento ha sido neutro.
De hecho otros índices como el Índice Total de la Bolsa Madrid superan ahora ligeramente el nivel de entonces. Es decir, de haber invertido 1.000 euros en aquella fecha en una selección representativa de acciones españolas usted no tendría ahora alrededor de 660 euros como mal pudieran interpretar los fans del IBEX35, sino que volvería a tener poco más de esos 1.000 euros. Eso sí, ningún índice tiene en cuenta los gastos de custodia de las acciones ni los impuestos pagados por los dividendos cobrados durante estos ocho años, por lo que realmente tendría más o menos 900 euros.
La explicación reside en que el IBEX35, por muy famoso que sea, no es representativo de la evolución de una inversión en acciones españolas. Y es que incluso obviando su composición, su principal problema es que se trata de un índice de precios que no tiene en cuenta ni los dividendos ni las ampliaciones de capital gratuitas. Desapareciendo así de su cálculo buena parte del rendimiento real que una cartera de acciones conlleva.
Por ello cuando a usted le venden un producto referenciado a este índice y le cuentan que es como si invirtiera en acciones españolas debe saber que le están esquilmando una buena parte del rendimiento real. Y cuando alguien que invierte en la Bolsa española compara su gestión con la de este índice como referencia es porque tiene bastante que ocultar. Amén de esta lección, tenemos otra para los más neófitos de la causa bursátil: existen otras Bolsas además de la española, y quien desee invertir en acciones como un buen padre de familia, debe hacerlo con la vista en el largo plazo y diversificar en ellas. Eso sí, con cabeza, al estilo de lo que hace nuestra cartera global que incorpora ahora las acciones suecas y sudafricanas o nuestra cartera modelo de acciones.
¿Se ha preguntado qué hubiera pasado con esos 1.000 euros de noviembre de 2007 si hubiese replicado con ellos nuestra cartera modelo de acciones? Pues que tendría ahora unos 1.260 euros y eso que nosotros sí tenemos en cuenta gastos e impuestos. Eso sí, nosotros nunca los compararemos con los 660 del IBEX 35. Y es que las apariencias engañan, pero solo a quien quiera o se deje engañar.
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