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Lo efímero de las modas
hace 9 años - lunes, 31 de marzo de 2014
Cuando hablamos de temas de inversión, dejarse llevar por la moda imperante en esos momentos puede revelarse un método de lo más desacertado. Vea por qué.
Hemos abordado ya la tendencia natural del hombre a seguir a la multitud. Las “modas” definen nuestra apariencia, nuestro comportamiento, nuestros gustos… y de una manera más sutil, pero no menos cierta, logran incluso influir en nuestros juicios. Cuando esto sucede, perdemos la capacidad de cuestionar la creencia general y dejamos de pensar de manera independiente.
Para los mercados este efecto “manada” es en realidad uno de sus atractivos. Una empresa que salta al parqué busca una notoriedad que diversifique y abarate sus fuentes de financiación. Cuanto más conocida sea, más inversores estarán dispuestos a financiarla comprando sus acciones. Pero cuando una compañía se pone “de moda”, la presión para ofrecer resultados concretos disminuye notablemente. Un frenesí comprador alentado a veces por oportunistas que sacan provecho de esa avalancha de compradores para vender a precios de oro. De ahí la frase del multimillonario Rockefeller: “Cuando la gente de la calle se pone a comprar acciones ha llegado el momento de vender”. Seguir a ciegas a la manada puede revelarse catastrófico para su bolsillo.
El profesor y empresario americano Benjamín Graham, conocido como el padre de la teoría del “value investing” ya advertía tras la Gran Depresión que “una persona no tendrá razón ni se equivocará por el hecho de que la multitud no esté de acuerdo con ella. Tendrá razón porque sus datos y razonamientos sean correctos”. En OCU inversores nos identificamos plenamente con este enfoque y nos concentramos en un criterio muy claro: el precio. Una acción será interesante no porque todo el mundo la compre, sino porque su precio esté barato.
Para determinarlo, realizamos un análisis riguroso y pragmático de beneficios, dividendos, valor contable, riesgo… Ahora bien, tampoco ignoremos por completo la tendencia del mercado. Pero nuestro análisis del momentum de una acción nos sirve más como refuerzo de un consejo de compra basado siempre en un precio que ofrezca el mejor potencial de rendimiento a largo plazo sin necesidad de asumir para ello grandes riesgos con su inversión.
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