Imagínese volver al año nuevo de 2020, teniendo en mente los grandes acontecimientos financieros de los cinco años siguientes. La pandemia del Covid-19. Una inflación que supera el 10% en la zona euro y el 9% en Estados Unidos. La guerra en Ucrania, luego en Oriente Medio. Una escalada de las tensiones comerciales con China. Incertidumbres políticas por todas partes. Con estos elementos en la mano, ¿habría elegido invertir en acciones? Probablemente no.
En los casi 33 años de vida de OCU Inversiones, pocas veces hemos conocido un momento ideal para invertir. Siempre ha habido buenas razones para esperar. Que si un nuevo presidente estadounidense que sacude el orden establecido, tensiones geopolíticas permanentes, deudas públicas galopantes… Estas observaciones parecen describir nuestra época actual, pero proceden de Graham Holloway, ex director general de Capital Group… en 1981.
Siempre habrá buenas razones para no invertir. Esta constatación era cierta en 1981, en 2020, y lo sigue siendo hoy. Sin embargo, los mercados financieros tienen una capacidad notable para absorber los cracs. Al inversor, a menudo se le recompensa si logra abstraerse de las turbulencias a corto plazo para mantenerse fiel a sus objetivos a largo plazo. Sirvan de ejemplo las ganancias de las bolsas mundiales (+93%) o europeas (+59%) desde el 1 de enero de 2020, pese a las numerosas crisis.
Ahora bien, ¿es una garantía contra futuras caídas? No. Sí da testimonio de la resiliencia de los mercados de acciones, especialmente en los plazos más largos. Razón por la que están muy presentes en cualquier estrategia de inversión que se precie, con mayor peso en los perfiles más atrevidos. Pero no podemos dejar de lado su riesgo, que lleva a los inversores a diversificar y dedicar también una parte de su dinero a las obligaciones… ¡que no han salido tan bien paradas estos últimos años!
Ese buen tono bursátil contrasta con el de las obligaciones mundiales, que debido al alza de tipos se dejan un 12% de su valor desde 2020 y que, en la práctica, mitigaron las ganancias reales de quienes siguen una estrategia de inversión diversificada. Las nuestras pueden servir de referencia. Así, mientras que nuestra cartera Experto en acciones se anota un 90% en este periodo, las ganancias de las estrategias globales mixtas se situaron entre el 3 y el 11%.
Las inversiones en nuestro país no han sido ajenas a esta tendencia. Desde 2020 las obligaciones españolas ceden de media un 7%, mientras que las acciones suben un 103%. Revalorización que, por otra parte, la pone en el escaparate de los inversores de todo el mundo y de la que ya han sacado partido quienes siguieron nuestros consejos. Sepa por qué seguimos viéndola con potencial (vea nuestro análisis La bolsa española en lo alto de la cima) y cómo abordar esta apuesta con los mejores fondos (vea la Comparativa de fondos de acciones españolas).