En la compraventa de una finca rústica se deben tomar por ambas partes las precauciones ordinarias para toda compra de inmuebles. Además hay que prestar especial atención a la titularidad de la finca y a su descripción física, su extensión y linderos, ya que es frecuente que no coincida la realidad con lo que figura recogido en el Registro de la propiedad y en el Catastro.
El comprador tiene interés en pedir al vendedor que regularice la situación registral y catastral de la finca antes de la compra.
También debe quedar clara la situación urbanística del terreno, para que no existan dudas sobre las limitaciones que puedan afectar a la finca, ni sobre la posible existencia de servidumbres legales o civiles, las condiciones de riego si existen o el acceso a posibles ayudas ligadas a la PAC, por ejemplo.
Es importante evitar futuros problemas por no haber sido claros desde el inicio: falsas expectativas, problemas de lindes con vecinos, aparición de un titular con mejor derecho...
Vea nuestras recomendaciones antes de comprar una finca rústica.