Al término de un contrato de arrendamiento conviene hacer las cosas bien para no dejar cabos sueltos, tanto de una como de otra parte. En la fecha convenida, el arrendador debe presentarse en la vivienda para visitarla, constatar su estado y recoger las llaves de mano del inquilino.
Conviene realizar esa visita en presencia de ambas partes y dejar constancia mediante un documento de entrega de llaves, que hace el efecto de liquidación final del arrendamiento.
Si el arrendador observa daños en la vivienda que deba resarcir el inquilino, podrá deducirlos de la fianza y otras garantías adicionales que hubiera entregado el inquilino al firmar el contrato. Pero para ello debe justificar la presencia de los daños concretos y su cuantía.
El arrendador debe presentar una liquidación detallada. Lo ideal es que recabe el acuerdo del inquilino mediante su firma, pero aun en caso contrario, debe entregarle dicho documento de modo fehaciente. De ese modo, el inquilino contará con una justificación de los gastos aplicados. En caso de disconfomidad, el conflicto deberá resolverse por vía judicial (o arbitral si así se hubiera pactado).
Instrucciones
Para personalizar el escrito introduzca los datos del contrato, del arrendador y del arrendatario, así como las condiciones de la liquidación final de la fianza.
Ejemplo
Se adjunta un modelo de escrito para que sea firmado por ambas partes al término del contrato de alquiler, reconociendo que no existen deudas ni otras reclamaciones pendientes.