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Bancos: champagne y rosas
hace 26 días - lunes, 4 de septiembre de 2023
La banca europea disfruta de un momento dulce y los bancos españoles, muy focalizados en la banca comercial, están aprovechando al máximo la coyuntura actual.

En los próximos años las empresas europeas habrán de refinanciar ingentes cantidades de deuda a tipos superiores a los que están pagando. Se avecinan impagos.
Beneficios disparados
Aupados por el alza vertiginosa de los tipos de interés – que en tan solo doce meses el BCE ha elevado un 4,25% y una tasa de morosidad muy contenida, que de hecho cerró junio en los niveles más bajos de los últimos quince años (3,5% frente al 3,9% de hace un año) –, sus beneficios están disparados. Así, tras un exitoso 2022, donde los grandes bancos españoles ganaron un 28% más, este 2023 van camino de fijar nuevas cotas históricas: en el primer semestre, incluso habiendo abonado ya todo el impuesto anual extraordinario al sector financiero en nuestro país, ganaron más de 12.000 millones (+21%). Este momento de champagne y rosas se ha reflejado en unas cotizaciones también al alza que han hecho las delicias de sus accionistas. En el último año los bancos españoles repuntan de media un 56%, duplicando la revalorización de la bolsa española o el 21% de las bolsas de la zona euro. Ojo, parte de este rendimiento es vía dividendos: al calor de esos mayores beneficios los bancos han incrementado los pagos a sus accionistas y ofrecen rentabilidades por esta vía, en torno al 5% anual. En este contexto es posible que usted se pregunte cuáles son nuestras razones para no subirnos al barco. No en vano, desde hace ya tiempo nuestra apuesta ha ido dirigida hacia la banca privada. Como UBS Group, presente en nuestra cartera Experto en acciones, y a la que no le ha ido nada mal (+59% en el último año). Pero hemos sido cautos con la banca comercial, y la española en particular, por prever problemas a la vista. Un escenario negativo que se está retrasando, pero al que más temprano que tarde habrá de enfrentarse.
Por un lado, los márgenes se estrecharán a medida que los bancos tengan que aumentar la remuneración de los depósitos conforme la reserva de liquidez obtenida a precio irrisorio vaya acabándose. Pero el principal peligro viene de una morosidad que, aunque se resiste, tirará al alza. Los tipos altos han venido para quedarse, por lo que los enormes volúmenes de deuda que las empresas habrán de refinanciar en los próximos años a tipos muy superiores a los actuales harán estragos y los impagos serán inevitables. Lo mismo que pasará en el lado de unos particulares que, aunque hasta ahora han capeado el temporal, al tiempo que el aumento de los costes hipotecarios acabe trasladándose plenamente y durante más tiempo del esperado, a unos créditos variables que representan dos tercios del total, empezarán a fallar. Las pérdidas llegarán y será la situación macro la que determine, si son o no abultadas. No pierda de vista el riesgo añadido del sector bancario, el único con el que sus accionistas pueden perder todo su dinero de la noche a la mañana. Acuérdese del Popular.