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El coste de la vida

Ponemos a su alcance una calculadora con la que, en función de su lugar de residencia y gasto, pueda conocer la inflación real de su hogar.

Ponemos a su alcance una calculadora con la que, en función de su lugar de residencia y gasto, pueda conocer la inflación real de su hogar.

Publicado el  19 septiembre 2022
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Ponemos a su alcance una calculadora con la que, en función de su lugar de residencia y gasto, pueda conocer la inflación real de su hogar.

Ponemos a su alcance una calculadora con la que, en función de su lugar de residencia y gasto, pueda conocer la inflación real de su hogar.

En realidad el IPC (Índice de Precios al Consumo) no refleja una imagen fiel de cómo se encarece el coste de la vida. ¿Por qué? Todos los detalles en nuestra postura editorial.

El coste de la vida

Sin duda, ya habrá comprobado que hacer la compra, pagar la factura del gas o la luz, o llenar el depósito de su coche resulta cada vez más caro. Según el INE, los alimentos son un 13,9% más caros que hace un año, la factura de la luz y gas ha subido un 50,4%, y llenar el depósito cuesta cerca de un 20%. La inflación está desbocada. Pero esta no afecta a todos los hogares por igual pues no todo siguen al dedillo estas pautas de consumo reflejadas en el IPC. P.ej. el gasto en combustible no será el mismo para una familia que realice todos sus desplazamientos en vehículo privado que el de un hogar en el que ninguno conduzca. Y lo mismo sucede con los gastos en alimentos, en ocio y cultura, en vivienda… Incluso el gasto de cada hogar diferirá en función del lugar donde resida. Por ello, en OCU ponemos al alcance de su mano una calculadora con la que, en función de su lugar de residencia y gasto, pueda conocer la inflación real de su hogar.

Eso sí, esta inflación en realidad no es una imagen fiel de cómo se encarece el coste de la vida. Y es que el IPC (ya sea el oficial o el suyo real) no tiene en cuenta el menoscabo en su poder adquisitivo que supone un aumento de los costes financieros (como el de los hipotecados a tipo variable que, debido a la subida de tipos, van a pagar de media 84 euros más al mes), ni los mayores precios a los que debe hacer frente quien se aventure ahora a comprar una casa, o -algo que nos afecta a casi todos- el aumento de la factura de los impuestos indirectos, con un IVA que se aplica proporcionalmente al precio del producto, y la subida encubierta de la factura del IRPF (aunque no varíe la escala de gravamen de este impuesto… o precisamente por ello). 

Deflactar la escala de gravamen ante la inflación

Al funcionar el IRPF como una escalera con múltiples escalones en la que los ingresos que se encuentran en cada escalón pagan un determinado porcentaje, al subir de escalón se paga un porcentaje mayor. Así, los escalones no cambian (la tarifa no se deflacta). Pero al ser el contribuyente quien pasa de escalón debido a una subida del salario en términos nominales -aunque sea sólo para compensar la inflación-, esto acaba traduciéndose en una subida de los impuestos que paga y un recorte de su renta real disponible, aunque su salario de forma real no haya subido. Y no digamos si el contribuyente permanece en el mismo escalón porque no le suben el salario o este sube por debajo de la inflación. De ser así, puede seguir pagando los mismos impuestos en términos nominales. Ahora bien, al haber quedado mermada su capacidad de compra sin que se haya reducido el bocado del Fisco, al final el porcentaje pagado en impuestos en relación con su renta disponible -su presión fiscal- es también mayor. El IRPF es por tanto un impuesto que funciona por tramos de renta, en el que es de justicia deflactar la escala de gravamen ante la inflación si no se quiere aumentar la presión fiscal en los hogares. Petición que reivindicamos independientemente del color del gobierno estatal y autonómicos que tienen tal competencia.